Como las vivencias con nuestra Santísima madre son tan especiales; a veces no tenemos idea de lo que Ella es capaz de hacer por sus hijitos y por sus hijitas. Cinthia de Armenia nos comparte lo vivido con la imagen de La Santísima Virgen de Dolores, próxima a ser consagrada este mes de mayo. «Una vivencia con nuestra madre fue que a pesar de mi enfermedad, que era un dolor que andaba en mi cuerpo, fuí a cargarla; y al ponerla sobre mis hombros, ese dolor que sentía se fuera calmando. Ahí mis lagrimas rodaron sobre mis mejillas ya que aparte de llevarla en hombros, lo hacía a la vez una gran amiga mía quien ahora esta en la presencia del Señor. Recuerdo ese gran dolor, fué un sexto viernes de cuaresma, ya sin Krissia en esta vida, con un inmenso dolor en mi corazón por haberla llevado al cementerio, llegué a cargar a nuestra madre de los dolores; pero antes de eso le entregué una rosa color roja a mi virgencita: Esa rosa fué en honor a ella, en honor a Krissia. Yo quería que ella fuera ahí en las manos de la madre y cuando lo hice, me sentí protegida; al llevarla sobre mis hombros sentí una gran calma. Algo muy especial fué el día que ingresé a La Hermandad como socia cargadora y poderla llevar en hombros hasta donde Dios me lo permita». ¿Te das cuenta cucurucho? ¿Te das cuenta devota? Si ponemos nuestras dolencias y nuestros problemas en las adorables manos de María: ¡Ella intercede por nosotros!