(Texto original de Luis Francisco Gaitán Izaguirre)
Precisamente el día 10 de abril de 2015 cumplí 50 años de la noble tradición de cargar, recuerdo cómo nos contaban las tías ese día ya lejano, pero que influyó en mí para toda la vida.
Era sábado de ramos y salía el cortejo infantil de la Merced con Jesús de la Demanda; mamá nos levantó temprano, baño y arreglo para tomar la camioneta e irnos a la casa de las tías quienes eran: Angelica Clemencia , Maria Albertina, y Maria Luisa.
El año anterior (1964), no pudimos conseguir turno y ahora tampoco, pero iríamos a ver el cortejo; cuando llegamos a la casa de las tías sobre la 13 avenida del centro histórico, ¡sorpresa! las tías tenían turnos y túnicas para mí y mis hermanos, fue una felicidad enorme, cargaríamos por primera vez, y así fue, me toco el turno 7 en la 12 avenida y 3a calle; desde entonces no he dejado de cargar, ahora a los 55 años son sólo recuerdos, pero realizamos una misa en la Iglesia la Merced este 10 abril y colocamos flores ante las tumbas de mis queridas tías y padres, y bueno, colocar junto al turno de Jesús de la merced de este año 2015 y 1965.
Solamente puedo decir gracias a Jesús por darme la oportunidad de ser tu cirineo en 50 ocasiones en las diferentes iglesias y gracias a mis inolvidables tías que se merecen todo el aprecio y el recuerdo de nosotros.
Los recuerdos son los que mantienen vivo nuestro presente y reafirman nuestro futuro; así sucede en la vida, así sucede también en nuestra Cuaresma y Semana Santa; cuenta tu anécdota de antaño, tenemos un espacio especial para ellos.