Anécdota de: Alejandro.
Esta no es una anécdota, es más una historia de vida, comienzo este texto escuchando las marchas que tanto me recuerdan «La procesión de Noviembre»
Como saben en el 2015 no se llevó a cabo la procesión de velación de la ahora C. I. del Señor Sepultado del Templo de la Recolección, recordar tantos momentos me llenan de nostalgia, mi ser de cucurucho obviamente quisiera ver a nuestras imágenes en procesión si fuera posible cada mes pero también comprendo que se debe respetar el calendario litúrgico, y las disposiciones arzobispales.
Antes de continuar me gustaría presentarme, mi nombre es Alejandro, tengo 23 años de edad y 10 de ser cucurucho, anteriormente había escrito una anécdota titulada «Mi primer turno con Jesús del Consuelo» y como escribí me gustaría contarles una historia de vida.
Vivo con mi madre, mi padre (QEPD) era devoto de las imágenes del Templo recoleto y por decirlo de una manera él me dejó el legado, de mi familia NADIE es cucurucho, incluso tristemente debo escribir que muchos están alejados de Dios.
Transcurría el año 2005, había cargado mis primeros turnos, Jesús del Consuelo, Jesús de los Milagros, y Jesús de la Merced.
En esos días nuestra situación económica no era la mejor, recuerdo que en un Walkman escuchaba 3 cassettes: uno con grabaciones caseras de marchas fúnebres, el otro un concierto de Santo Domingo y el tercero, el tradicional «Vía Crucis», me duraba poco la alegría pues las baterías se agotaban bastante rápido, pero en fin yo era feliz escuchando aunque sea un momento mis marchas fúnebres.
Si no contábamos con recursos para comprar un equipo de sonido decente menos teníamos para una computadora, una vez recuerdo fui a un «Café Internet» y ¡Buuum! encontré páginas con fotografías, marchas y algunos vídeos de Semana Santa, era increíble.
(Hoy en día todo eso ha cambiado, nuestra situación económica es diferente, la tecnología ha avanzado increíblemente, disfruto ver vídeos en HD, escuchar mis CDs de marchas o bien escuchar como ahora, las más de 400 marchas fúnebres que tengo en mi celular)
Volviendo al tema anterior, tengo gratos recuerdos del año 2005, viene a mi mente el cortejo de los 225 años de traslación del Rey del Universo, en Cuaresma recuerdo la visita de Jesús de la Merced a Antigua Guatemala, y su procesión de Velación en Agosto.
Llegó el mes de Noviembre del año 2005, un amigo nuestro y también vecino de la colonia llegó a visitarnos, él es cucurucho, y ha sido quien me ha enseñado y animado a hacer siempre las cosas bien, me dijo: Te tengo un regalo.
Mi sorpresa, un turno para la procesión del Sepultado recoleto, estaba muy contento, debo decir que es una de las cartulinas que guardo como un gran tesoro.
Llegó el día, como olvidarlo, 13 de Noviembre 2005, estábamos en el atrio del Templo y me quedé maravillado de ver el anda (que por cierto no sabía que saldría en el anda del Viernes Santo) al frente se leía «50 años de Sólida Fe» desde ese momento todo cambio, cargué con el fondo de las notas de la marcha Penitencia, luego recuerdo ir «atrasito» del anda disfrutando del sonido de las marchas fúnebres hasta la entrada, fue un día muy especial que no sabría como describirlo.
Pasó un año y llegó Noviembre del 2006, mi madre un día antes del cortejo procesional había sido hospitalizada, tenía un problema en una pierna por una úlcera que desde hace muchos años la aquejaba, los médicos decían que era muy probable que le iban a amputar su pierna, fue un momento impactante porque como escribí vivo solo con ella, me dieron la noticia, el día de la procesión después de la visita, tomé mi saco y me dirigí al cortejo procesional, con lágrimas en los ojos entre a la Recolección y le pedí a Dios que hiciera un milagro en mi madre, sentía angustia, me dirigí a las filas, y recordaba el texto de Isaías 53 : «Por sus llagas fuimos nosotros curados»
Escuchar las marchas fúnebres que en ese entonces la banda era dirigida el maestro Willver, me daban un poco de tranquilidad, era muy distinto al año anterior, esta vez tenía miedo, llegó el momento de tomar mi turno, y muchas lágrimas recorrieron mi rostro, tenía 14 años, y ese día hice la oración más sincera de mi vida, pidiendo que Dios hiciera su voluntad en la vida de mi madre.
Llegó el año 2007, otra vez llegó Noviembre, mi mes favorito, en el atrio del Templo se escuchaban las notas de «Salva a tu Pueblo, Señor» con una gran sonrisa le daba gracias a Dios por sus bendiciones, y porque ya casi se cumplía un año del MILAGRO que hizo en la vida de mi madre, porque «misteriosamente» su pierna se sanó, y en Diciembre 2006 ya estaba de vuelta en casa.
Llegó el año 2008, ya había concluido tercero básico, y llegó el día de la inscripción, en lo personal me gusta el ambiente cuando se hace fila para poder adquirir un turno, te encuentras muchas veces con desconocidos y al final terminan hablando de anécdotas y cosas que solo se pueden saber si eres cucurucho, como recuerdan antes las inscripciones eran los días sábados por la tarde, llegué aproximadamente a las 09:00 de la mañana, y en la fila había un rumor: «Este año vuelven a sacar el anda grande»
El jueves 06 de Noviembre la hija de una vecina falleció, era una niña de 6 años, yo la quería mucho, siempre la veía jugar con su bicicleta en la cuadra, y obviamente estaba triste, llegó el día de la procesión, me tocó cargar el turno 2, justamente en una calle especial para nosotros los devotos de Jesús del Consuelo, «La Calle del Consuelo» fue un turno muy lindo, recordando a Andreita (QEPD)
Los años 2009, 2010 fueron también muy especiales
Llegó el 2011, esta vez hubo inscripción a las 05:00 hrs, por motivos personales no pude asistir, ya estaba resignado a no poder cargar, cuando se dio la noticia de que aún habían algunas cartulinas, y gracias a Dios logré cargar ese año.
Pasó el año 2012, nuevamente pude participar en el cortejo procesional y llegó el año 2013, el año de la Consagración, ¿qué puedo decir que ese 3 de Noviembre? pase sol, lluvia, fui testigo de los recibimientos que se hacían en los distintos templos, fueron tantas cosas, un cortejo inolvidable.
Y el año pasado también participando del cortejo de aniversario de consagración, esta vez día sábado.
Tantos momentos que han marcado mi vida, y agradezco a Dios la oportunidad de estar vivo y de poder servirle, todos los días son especiales pero recordar etapas de mi vida, me llenan de alegría, y aunque este año no habrá cortejo procesional de velación, sin duda estaré con una sonrisa agradeciendo por otro mes de Noviembre.
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