El mayor regalo que he recibido, fue con Jesús Eucaristía. Jamás olvidaré como me dio la respuesta a mi petición.
Quien es mi esposa y yo, nos casamos en diciembre del 2009. Como pareja joven planeamos casarnos y disfrutar esa etapa para luego pensar en tener hijos. Así fue, disfrutamos ese tiempo.
Pero poco a poco comenzamos a sentir la necesidad de ser más de dos; lo habíamos decidido: Tendríamos un hijo. El tiempo pasaba y ella no quedaba embarazada, por lo que decidimos buscar ayuda profesional.
Los exámenes arrojaron que ella tenía un mioma y tenía ovarios poliquísticos, lo cual impedía que ella pudiera embarazarse. Se inicio un tratamiento con diferentes medicamentos y nada daba resultado, por lo que era necesario realizar otro tipo de procedimientos mas complicados y dolorosos para poder cumplir el sueño de ser padres.
Para iniciar ese proceso, era necesario hacerlo luego de la menstruación. Antes de llegar ese doloroso momento, en que tendría que someterse a un tratamiento tan difícil, ya muchas comunidades a las cuales nosotros servíamos con el ministerio de evangelización y alabanza, nos tenían en oración para que ese milagro fuera una realidad.
Una comunidad llevó a nuestro pueblo para una hora santa a un Sacerdote de Sudamérica; durante la actividad ese Sacerdote fue como aquél burro que llevó a Jesús en su entrada triunfal.
Tomó la custodia y comenzó a acercarse a cada uno de los asistentes. Mi esposa y yo clamábamos juntos ese milagro que tanto añorábamos.
Llegaba nuestro turno, tener la custodia y a Jesús delante de nosotros por unos segundos: Ambos tocamos la custodia y unidos en oración pedimos ese milagro; Yo le pedí a Jesús que se hiciera su voluntad y llevé mi mano izquierda al vientre de mi esposa.
En ese momento surgió lo inexplicable: La sensación de una patadita en mi mano desde su vientre. La paz en mi corazón era inexplicable, ella giró su rostro viéndome a los ojos mientras yo le decía: Ya estás embarazada. Y le conté lo que había sucedido.
Dejamos pasar el tiempo, ya todo estaba en las manos del Señor. Llegaba la fecha en que estaría en sus días, para luego someterse al tratamiento.
La regla no bajaba, por lo que decidimos ir a un laboratorio y realizarse la prueba de embarazo: POSITIVA. Jesús nos concedía el milagro; ella estaba embarazada.
En mayo de 2012 nació nuestra hija. Yo tengo 19 años de ser cucurucho, mi hija lo es desde que nació y desde los 2 años lleva en hombros a su Virgen de dolores de nuestro pueblo y a la réplica de la Virgen de La Soledad de la Escuela de Cristo.
En mayo de 2016 recibimos nuestro segundo hijo que ha sido consagrado a Jesús Nazareno de la Caída y al Señor Sepultado de la Escuela de Cristo.
La Eucaristía es nuestro culmen. Jesús Sacramentado es ese amigo fiel que conoce nuestras necesidades. El nos regaló ese milagro de vida.