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Recorrido de la procesión Infantil de Candelaria 2024

Les compartimos a todos nuestros «Cucuruchitos y Cucuruchitas» el recorrido de la procesión Infantil de Candelaria con la Réplica de Jesús Nazareno «Cristo Rey» de Candelaria, el cual saldrá en su tradicional procesión de Quinto Sábado de Cuaresma 16 de marzo de 2024.

La procesión Infantil más concurrida de la Cuaresma saldrá a las 11:00 horas de la Parroquia de Candelaria, la cual estará por 7 horas aproximadamente en las calles del Centro Histórico de la Ciudad Guatemala.

En el itinerario se puede observar que hubo un cambio en el recorrido, ingresará a la mitíca avenida «Juan Chapín», luego pasará frente al Colegio San Sebastián, hará el paso en el parque central y así pasar frente a Catedral Metropolitana y bajará sobre la 12 calle para un emblemático paso por el palacio de correos, luego la 12 avenida frente a la Parroquia de Santo Domingo, luego el Santuario de San José buscando su tradicional 14 avenida. Se estima su ingreso a las 18:30 horas.

La procesión infantil de Candelaria es una de las más icónicas de la Cuaresma en la Ciudad de Guatemala, con más de 64 años de procesionarse es parte de las costumbres entre cucuruchos adultos junto a sus hijas e hijos.

Puntos de referencia y horarios de la procesión infantil de Candelaria:

  • 11:00 horas, salida e inicio del recorrido de la procesión infantil de Candelaria.
  • 12:55 horas, Colegio San Sebastián.
  • 14:20 horas, Catedral Metropolitana.
  • 15:00 horas, palacio de Correos.
  • 16:20 horas, parque colón.
  • 17:30 horas, 14 avenida y tercerca calle, zona 1.
  • 18:30 horas, entrada de la procesión con la réplica de Jesús de Candelaria.

Recorrido de la procesión infantil de Candelaria 2024:

Recorrido de la procesión infantil de Candelaria 2024
Recorrido de la procesión infantil de Candelaria 2024
Así inicia el recorrido de la procesión infantil de Candelaria.

Las procesiones infantiles y la niñez guatemalteca

En las calles empedradas de Guatemala, cuando la primavera se despierta y el aroma de las flores se entrelaza con el incienso, las procesiones cobran vida. Los niños y las niñas, con ojos brillantes y corazones abiertos, se sumergen en esta tradición ancestral con una devoción que trasciende el tiempo.

Jesús y María, figuras sagradas que caminan entre los fieles, son más que imágenes talladas en madera o pintadas en lienzos. Son la esencia misma de la fe, la esperanza y el amor. Los pequeños, vestidos con sus mejores ropas, se aferran a sus velas encendidas como si fueran faros que los guían hacia la eternidad.

Las procesiones son un río humano que fluye por las estrechas calles coloniales. Los niños llevan pequeñas cruces de madera, sus pasos sincronizados con los tambores y las trompetas. Sus miradas se cruzan con las de los ancianos, quienes han visto pasar innumerables Semanas Santas y aún sienten la misma emoción en sus corazones.

Los altares improvisados en las esquinas están adornados con flores, velas y mantos morados. Los niños depositan sus ofrendas con reverencia, como si estuvieran entregando sus sueños y anhelos a los pies de los santos. Las calles se llenan de cánticos, oraciones y lágrimas de gratitud.

En las procesiones, los niños aprenden sobre la fragilidad de la vida y la belleza de la redención. Ven a Jesús cargando la cruz, su rostro marcado por el sufrimiento, y a María, la madre dolorosa que sigue su camino con valentía. Los pequeños se identifican con ellos, sintiendo en sus corazones la carga de la humanidad y la esperanza de la resurrección.

Las velas parpadean, y los niños sienten que están sosteniendo una parte del cielo en sus manos. En cada paso, se sumergen en la historia sagrada, en la pasión y el sacrificio. Los ojos de los pequeños se llenan de lágrimas cuando ven a Jesús caer bajo el peso de la cruz, y sus risas se mezclan con los cantos cuando María se encuentra con su Hijo en el camino al Calvario.

La Semana Santa en Guatemala es un tiempo de comunión, de unión entre lo terrenal y lo divino. Los niños y las niñas, con sus corazones puros, son los portadores de esta tradición. Sus risas, sus lágrimas y sus oraciones se entrelazan con los siglos, formando un lazo indestructible entre el cielo y la tierra.

Así, en las calles empedradas de Guatemala, los niños y las niñas viven las procesiones con devoción, amor y fervor. Sus almas se elevan junto a los pasos de Jesús y María, y su inocencia se convierte en un faro de luz en medio de la oscuridad. Que su fe siga ardiendo como las velas encendidas, guiándolos hacia la eternidad. 🕊️🌺