La procesión del Divino Salvador del Mundo se realiza el día 05 de agosto de cada año y es acompañada por miles de feligreses de San Salvador y del interior del país.
Una de las procesiones más grandes de la república es la «Transfiguración del Señor» que se lleva a cabo cada 05 de agosto en el marco de las fiestas patronales de la capital salvadoreña, y es acompañada por miles de feligreses que fielmente acompañan el paso del patrono El Divino Salvador del Mundo.
Para los que estamos lejos de la capital salvadoreña o que por diferentes motivos no podemos asistir y acompañar tan magna procesión, no nos queda más que ver las fotografías y reportajes en los diferentes medios televisivos y digitales, lo cual hace que nos preguntemos ¿Y lo que no vemos? ¿Y las anécdotas de aquellos que con mucha fe acompañan al patrono? Por eso queremos compartir esta experiencia de un hermano incensor o incensarista que durante ya varios años prepara el paso del Divino Salvador del Mundo.
«Para mi ser incensor es algo sumamente especial. Antes en la procesión del Divino Salvador del Mundo, participaba como cargador y así lo hice por un tiempo. Pero después, me surgió la inquietud de saber que se sentía incensar. Le pregunté a un amigo que estaba dentro de la organización del cortejo procesional y el me refirió con el encargado de los incensores. Platicamos y nos pusimos de acuerdo quizá como con mas de un año de anticipación y luego de tener la aprobación vino a mi mente que no contaba con los implementos. Me contacté con el mismo amigo que había hablado al principio y me trajo un incensario de Guatemala. Me preparé con mucha ilusión para ese momento»
«Prepare todo lo que necesitaba; llegó el día y estaba nervioso porque existía la incertidumbre de que si mi incensario vendría a tiempo o no, pero me lo entregaron exactamente el mismo día 05 de Agosto por la tarde«
¿Como fue esa primera vez como incensor? Faltaba unos pocos minutos para iniciar el cortejo cuando por primera vez en mi vida encendía un incensario, no sabia como hacerlo a ciencia cierta, pero lo logre y pues me coloque en mi lugar correspondiente. Recibí mi turno y sonaron las notas de La Granadera y El Divino Salvador del Mundo bendecida a su pueblo un año más.
¿Que pasa por la mente del Incensor? ¡Mucho! Yo, tome mi cuchara y deje caer unos grumos de incienso en el rojo carbón de mi incensario nuevo, hice una oración, a través de ese incienso que se elevaba al cielo pedí por mi país, por mi familia, por mis amigos. Y yo se, sin duda alguna, que de cada incensario de mis demás compañeros incensores subían peticiones al cielo.
¿Cuantos años van ya? y ¿Como te has preparado? Este sería mi cuarto año. He preparado incienso, carbón, pinzas, he pulido y le he sacado brillo al incensario; lo más importante es que me he reconciliado con Dios a través de la confesión, para que mi ofrenda suba al cielo, agradablemente en su presencia.
Cuantas anécdotas existirán con el Divino Salvador del Mundo; si tienes alguna, nos gustaría compartirla.