Anécdota de: Luis Ricardo Tobar.
Era tradición que todos los niños con la altura máxima al hombro se les diera la cartulina 1 (salida) en la procesión infantil, esto como recuerdo del último año en la misma y el “titulo de graduación” era nada más que un turno para la majestuosa procesión del quinto domingo.
El turno para el quinto domingo iba dentro del sobre de la procesión infantil y los sentimientos se hacían presente al ver que había un turno más grande que otro, el más grande era el del quinto domingo.
Cabe resaltar que a los niños que venían de la infantil se les daba el último turno para la procesión del quinto domingo, pero por cuestiones de horario y recorrido eso cambió con el tiempo, ya que muchos papás no esperaban el último turno, entonces la hermandad decidió darles un turno en horarios de la tarde. En mi caso fue el turno 54, el cual fue en frente de las ruinas de San Geronimo, viniendo de la Merced enfilando la calzada Santa Lucía.
El famoso “levantón”, era en la calle de las ánimas. Se le conocía como ‘levantón’ porque en ese punto los niños de la infantil le entregaban a la tanda 1, los más altos, y así marcaba el comienzo de la segunda vuelta.