(Texto original de Alexander Ayapán)
En el 2006, lo que iba a ser un viaje de vacaciones de fin de año a Estados Unidos, resultó siendo un poco más largo y no iba a estar en Guatemala para la Semana Santa de 2007. Mi hermano compró mis turnos en el Santuario Arquidiocesano del Señor San José, para no perder las contraseñas y como somos casi del mismo alto él iba a cargarlos.
En Estados Unidos, la Semana Santa es casi como una semana normal y el Jueves Santo me tocaba trabajar. Mientras desayunaba, llamé a mi hermano y me dijo que estaba formado en el Cerrito del Carmen, esperando para cargar mi turno.
Nosotros siempre hemos andado juntos en filas para las procesiones. Me dijo que era triste andar solo en las filas y yo le respondí que era aún más triste desear estar ahí y no poder; lloré amargamente en ese momento y le pedí al Señor poder cargar el siguiente año y Gracias a Dios en el 2015 cumplo mis Bodas de Plata de llevar en hombros a Jesús de los Milagros.
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