Anécdota de Javier Navarro.
Era el día… un Viernes Santo más ya estaba preparado para participar de caballero tocando el tzijolaj, entonces recibí una enorme sorpresa la cual no me esperaba… Un turno de salida.
Ingresé a la casa parroquial donde nos formaron. Sonó el timbre y el giorno del silencio, nosotros no podíamos levantar el anda fue difícil cuando sonó ‘Marcha Fúnebre’ me emocioné.
Estaba cargando la salida de mi Cristo del Amor. Posteriormente ‘la Fosa’ se me erizó la piel cuando empezó, estaba emocionado.
Cuando llegamos a la puerta nos quitaron las horquillas y empezó la granadera para posteriormente rezar el credo.
Ese mismo día cargué el turno de la merced y el de colaboradores. Fue el mejor Viernes Santo junto a mi sepultado Dominico.
¿Cómo es tu experiencia el cargar a tu imagen de devoción? cuéntanos, la compartiremos en el sitio.