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¿Qué es un retablo y por qué es importante cuidarlo?|

Hoy en día causa de los terremotos y de un afán irracional de modernización muchos retablos se han perdido, desconectando las imágenes de los mismos y por ende no proyectando el mensaje íntegro por el cual fueron creados, dando pie a fanatismos también, porque se divorcia la imagen de su contexto didáctico y pasa a ser un objeto de culto milagroso o de distintos grupos sociales que se van identificando con determinada imagen empezando competencias con otras.

Retablo viene del latín re-tabula detrás de la mesa, es decir el altar que se colocaba detrás de la mesa donde se celebraba el santo sacrificio de la misa. Como la mayoría de personas era iletrados, por analfabetismo, igualmente por pereza hoy en día, las personas no tenían acceso al cúmulo de información y sabiduría de la doctrina católica.

Retablo de la Iglesia de San Jose
Retablo de la Iglesia de San Jose

El retablo constituye un libro abierto totalmente ilustrado donde por medio de la escultura y pintura se rinde homenaje a la vez que se instruye al pueblo de Dios sobre los misterios más profundos de la fe, advocaciones de cristo, la Virgen, los santos y los ángeles.

El uso y didáctica de los retablos fue impulsado por dos grandes concilios de la Iglesia el II de nicea y el de Trento en los siglos VIII y XVI de nuestra era. Hoy en día el retablo no ha perdido vigencia didáctica y devota, sino más bien ha ganado importancia histórica para el patrimonio de los pueblos.

Consta por libros y registros que las antiguas cofradías de la mano de sus párrocos o curas doctrineros pasaban años para reunir los fondos de los retablos que primero se les tallaba en fina madera y con impecables acabados, luego se contrataban pintores y doradores en oro y plata para recubrir el retablo, por último y de conformidad a la posibilidad económica de la cofradía o hermandad. Un platero que hiciera los frontales, candeleros, gradas y ornamentos de las imágenes.

Este proceso era de al menos 6 a 7 años.

Ningún dogma, ninguna creencia aportada por los distintos concilios de la Iglesia, hasta el último que fue el Vaticano II, ha sido eliminada, borrada o desechada; por ende nosotros no deberíamos eliminar la belleza, arte y color del retablo guatemalteco.