Artículo proporcionado por: Israel Santos
PROCESIONES EXTRAORDINARIAS DE ANIVERSARIO DE CONSAGRACIÓN: BODAS DE PLATA EN UN AÑO DIFíCIL
Es evidente que la procesión del vigésimo quinto aniversario de consagración del Cristo Yacente del Calvario y Santísima Virgen de Soledad es la que todos tenemos presente, debido a que recién se cumplió el primer año de su realización.
Y es hasta cierto punto difícil hablar de ella pues forzosamente está vinculada a los hechos registrados en el año 2014. No obstante, para concluir estas cuatro reseñas trataré de describir la celebración en sí que varió por muchos aspectos de las tres anteriores.
En primer lugar, el horario: fue una procesión que arrancó a las 9:00 hrs. con duración aproximada de ocho horas finalizando alrededor de las 17:00. En segundo, el recorrido: la procesión del Señor Sepultado y la Santísima Virgen de Soledad, procesionados en andas separadas, tocó sectores poco o quizás nunca visitados por ellos, tales como la Basílica Menor del Rosario, el Parque Colón y el Templo de Nuestra Señora de las Mercedes.
Bajo un soleado domingo, la procesión inició su desplazamiento sobre la 7ma. avenida en dirección norte para realizar su paso por el Arco de Correos, esta vez en dirección este rumbo a la Parroquia de Santo Domingo en donde fue recibida de manera especial por las hermandades dominicanas. Alrededor de las 13:00 horas. El cortejo pasó frente a Palacio Nacional de la Cultura, Santa Iglesia Catedral Metropolitana, Portal del Comercio para iniciar su retorno sobre la cuarta avenida con gran afluencia.
Ambos decorados fueron realizados bajo el mismo estilo consistente de sendos palios, con estructuras en forma de arcos, barandas, detalles de columnas salomónicas, flores artesanales e imaginería de vestir. Los tonos azul violeta se complementaron con detalles corintos y plateados. El Señor Sepultado y la Santísima Virgen estrenaron túnicas bordadas con hilos plateados sobre moaré gris perla diseñadas para la ocasión por el Artista Danilo Briones.
El punto crítico que generó un intenso debate fue la utilización de una urna acrílica recubierta con filtro de protección UV que otorgó al Señor Sepultado una visión sumamente lúgubre.
Quizás fue una procesión agridulce, para algunos sin mayor atractivo y hasta cierto punto carente de éxito, mientras para otros constituyó la ineludible e irrepetible oportunidad de celebrar los XXV Años consagración de estas imágenes que por décadas han representado la fe de un pueblo.
Lo que si es cierto es que nuevamente quedó demostrado que el nombre “Calvario”, muy a pesar de los embates y conflictos que en su vida como hermandad de pasión ha tenido que enfrentar en los últimos años, posee un poderoso imaginario colectivo que lo ha hecho trascender y mantenerse posicionado de forma relevante en la mente y corazón de los guatemaltecos.
Porque con un adorno sumamente vistoso o no, con una banda de gran calidad auditiva o no, con juntas directivas eficientes o no, los devotos y devotas del Calvario siempre estarán allí, junto al Sepulcro de su Señor y junto a la Cruz acompañando a su Santísima Madre.