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Mi primer Viernes Santo en Santo Domingo

Anécdota de Mario Rizo

Con 13 años y después de haber hecho 3 horas de fila para obtener mi primer turno del Cristo del Amor. Toda la semana mayor en compañía de mis tíos participo en la mayoría de cortejos, llegado el viernes santo y con pocas horas 3 para ser exactos  de sueño acompañar a Jesús de la merced desde el parque jocotenango hasta Catedral para pasar a cambiar las vestimentas y ver la salida del Señor sepultado de Santo Domingo «Cristo del Amor»  ya con mi primer turno en las manos pe empece a poner nervioso, pues es una gran responsabilidad llevar en hombros a una imagen de nuestro señor.

Viernes Santo en Santo Domingo
Viernes Santo en Santo Domingo

Ya formado para recibir el anda casi en la mitad de la fila un caballero de la hermandad me hizo unas preguntas, me tomó una foto y la subió a la pagina de facebook de la hermandad, ya cuando recibí el anda una sensación inmensa de alegría inundo mi corazón y me di cuenta que las 3 horas de fila valen la pena, la nueva anda de Jesús pesaba bastante pero la sensación de cargar por primera vez es hermosa, la marcha «Martirio» y el redoble hacían del turno algo muy especial, al salir del turno la sensación de haber cargado es hermosa y lo mas que se puede hacer es agradecerle por todo lo que el me regalo, después lo acompañe en compañía de mis tíos hasta catedral, cuando la virgen ya había pasado fuimos a «encontrar» la procesión de la recolección y  la vimos en la 5ta calle y 7ma avenida, después de eso subir a la casa central a ver la procesión del Calvario y bajar hasta el parque isabel la católica, donde encontramos de nuevo al Cristo del Amor.

Después nos fuimos al templo de Santo Domingo donde agarramos buen lugar en primera fila en una de las naves laterales del templo, al sentarse en las bancas el cansancio empieza a fluir pero estas tan agradecido con el que no le das importancia al cansancio, a la 1:25 am del sábado santo al compás de «La fosa» hizo su ingreso el cortejo procesional, a oscuras solo el anda con luces y el sonar de las marchas es simplemente Hermoso, al quedarme enfrente el anda de Jesús inevitablemente las lagrimas cayeron y solo pude decir «gracias Jesús por permitirme cargarte».

Contar tu anécdota es como sentarnos a tomar un café y platicar de lo que tanto nos gusta: el amor de Dios manifestado en pequeños sucesos que nos ayudan a comprender lo misericordioso que es Jesús. Cuéntanos tu anécdota:

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