(Texto original de Fabian de León)
A mi me paso algo similar a la historia ya relatada sobre un turno con Cristo Rey, sucedió el Jueves Santo de 2015. Cuando llegué ya estaba cargando mi turno, localicé a un encargado de fila y le comenté que el turno que iba cargando era el mío y me colocó en el brazo asignado, solamente pude tener el anda en mis hombros por un lapso de 1 minuto aproximadamente.
Al finalizar mi turno por mi mente paso «Bueno Jesusito, lo siento llegue tarde… Pero si tu quieres, me darás la oportunidad mas adelante de poderte llevar en hombros», me incorporé a la fila de devotos y justo a las 3 cuadras de donde era mi turno, un caballero de cambio de turno me llama y me coloca en el espacio vacío, yo me sentía un poco alto entre los dos hermanos cucuruchos que estaban a la par mía pero al parecer era el espacio perfecto para mi. «Brazo 40» me indica el inspector de turno y en ese momento quedé sorprendido y sin palabras.
Jesús de Candelaria me dio la oportunidad de llevarlo en hombros como se debe. En ese momento me emocioné mucho y justo cuando sonó el timbre del cambio de turno empece a llorar de emoción.
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