DE GUATEMALA A ROMA Y DE ROMA A ESPAÑA: EL NAZARENO DE JUAN GANUZA
En la tarde del segundo sábado de Cuaresma 18 de marzo del año 2000 fue presentado el libro “Encuentro y Reencuentro con el Nazareno del Calvario” a cargo de su autor, el Doctor Juan Haroldo Rodas Estrada (Q.E.P.D). Dicha obra construyó una narrativa histórica que permitió situar a la muy querida imagen de Jesús Nazareno, conocida en la actualidad bajo la advocación “De la Justicia”, en un contexto histórico.
Dentro de los principales aportes de dicho esfuerzo, se encuentra la develación de los tres artistas guatemaltecos que participaron en la creación de dicha imagen: el escultor Juan Ganuza, el pintor Paulino Ceballos y el platero Antolín Cáceres. Dicho descubrimiento constituyó la antesala al acto de unción consagratoria de las imágenes veneradas de Jesús Nazareno de la Justicia y Nuestra Señora de los Remedios, realizadas en el altar mayor del Templo del Calvario.
Las líneas centrales de investigación partieron de dos hechos concretos: el primero, la antigua propiedad de la Venerable Orden Tercera Franciscana de una imagen tamaño natural de Cristo con la cruz que cuestas que debido a los embates de la Reforma Liberal fue trasladado de forma temporal a la Parroquia Rectoral de los Remedios, Templo El Calvario de la Nueva Guatemala de la Asunción, en donde debido al cariño y la enorme devoción que despertó desde su llegada, tomó dicho lugar como su casa permanente hasta nuestro días.
El segundo hecho, fue el obsequio realizado por la familia Ángulo Urruela, benefactora de dicha orden laica, de una imagen de Jesús Nazareno realizada en Guatemala, a Su Santidad, El Papa León XIII con motivo del quincuagésimo aniversario de su ordenación sacerdotal. Dicha imagen posteriormente fue obsequiada por Su Santidad al Convento de las Carmelitas ubicado en Alba De Tormes, Salamanca, España.
El libro “Recuerdos y Bellezas de Alba de Tormes” escrito en 1922 por Tomás Rodríguez Rubio y Constantino Gómez Gutiérrez, con ocasión del tercer centenario de canonización de Santa Teresa de Jesús, describe que dicha imagen “procede de Guatemala y fue uno de los regalos que recibió Su Santidad León XIII en el quincuagésimo año de su sacerdocio, como lo dice la dedicatoria inscrita en la peana escrita en latín, que, traducida al castellano, se lee:
A NUESTRO SANTÍSIMO PADRE, EL PAPA LEÓN XIII EN SU QUINCUAGÉSIMO ANIVERSARIO SACERDOTAL, LA FAMILIA AUGUSTO ILORRUELA DE LA CIUDAD DE GUATEMALA, EN LA AMÉRICA CENTRAL, REVERENTEMENTE OFRECE ESTA VENERABLE IMAGEN DE NUESTRO SALVADOR JESUS NAZARENO EN EL AÑO DEL SEÑOR 1887.
Juan Gaunaza (sic), Escultor; Paulino Ceballos, pintor; Antolín Cáceres, Platero. Artistas de Guatemala la hicieron”.
El Cardenal Mariano Rampolla del Tindaro, nombrado como Nuncio Apostólico de Su Santidad León XIII en España, había visitado el Convento de las Madres Descalzas Carmelitas de Alba en donde observó el busto de una Virgen Dolorosa realizado por Pedro Mena entre 1673 y 1678. Dicha imagen de medio busto policromada cuenta con finísimas láminas que dan gran plasticidad y movimiento a los plegados. Posee dientes de marfil, uñas de cuerno y ojos de pasta vítrea que le otorgan un gran realismo. Posterior a admirar la exposición de regalos referida en el Vaticano, solicitó al Santo Padre obsequiase la imagen guatemalteca de Jesús Nazareno a dicho convento, “donde había visto una Dolorosa de la misma escuela, proposición que fue aceptada por Su Santidad”.
En el diario español “El Popular” del martes 25 de octubre de 1892, tan sólo cinco años después del obsequio del Papa León XIII, se calificó a las imágenes de la Dolorosa de Pedro Mena y el Nazareno de Juan Ganuza como “de gran mérito”.
Por su parte del Padre Carmelita Manuel Diego Sánchez en su artículo “Papas peregrinos al Sepulcro de Santa Teresa” profundizó en la decisión que tuvo el Cardenal Rampolla en solicitar al Papa León XIII la imagen guatemalteca , motivado por la gran admiración que él profesaba por la imagen dolorosa de Pedro Mena.
La consulta de estas tres fuentes bibliográficas permite concluir que los criterios artísticos vertidos sobre la imagen guatemalteca de Juan Ganuza, la calificaban como una obra de altísima calidad, digna de acompañar a una escultura de la Virgen Dolorosa, hecha dos siglos antes y que de acuerdo a la apreciación del Cardenal Rampolla, conformaban un conjunto igualmente digno de ser conformado y apreciado.
Esta singular historia, ampliada en el presente texto, constituyó el hilo conductor para establecer la relación entre la imagen cristífera, ubicada hoy en el Museo Carmelitano Teresa de Jesús en Alba de Tormes y la que hoy se encuentra en el Templo del Calvario de la Ciudad de Guatemala. El Doctor Haroldo Rodas, evidenció la estrecha cercanía que tuvo la familia Urruela, donante de la imagen al Papa León XIII, con la Venerable Orden Tercera Franciscana cuya capilla se encontraba contigua al Templo Histórico de San Francisco, justo en donde hoy se levanta el edificio del Ministerio de Gobernación, ubicado sobre la sexta avenida y 14 calle.
El análisis estilístico, realizado dieciséis años atrás, a partir de un grabado de Jesús Nazareno de Alba de Tormes y la Imagen de Jesús Nazareno de la Justicia permitió concluir que ambas son obras del siglo XIX provenientes del ingenio de Juan Ganuza. La fotografía que ilustra este artículo, amplía con mayor detalle en la imagen guatemalteca enviada como regalo al Papa Leon XIII. Las características citadas por Rodas, extraídas del libro “La Exposición Vaticana Ilustrada” quedan evidenciadas, en primer lugar, por la extraordinaria túnica de terciopelo color violeta, bordada con hilos de oro y decorada con amplio galón metálico; la cabellera elaborada con cabello natural, la corona de espinas realizada por el platero Antolín Cáceres y principalmente la cruz de madera, de apariencia leñosa, similar a la que aún posee su similar ubicada hoy en templo de El Calvario.
Esta investigación, confirma y amplía la trascendencia de la obra de Juan Ganuza, señalada por el Doctor Rodas, evidenciada en primer lugar, por el impacto logrado más allá de las fronteras de Guatemala. La motivación e interés mostrados por el Cardenal Rampolla permitieron que una gran escultura salida del taller de Juan Ganuza fuera doblemente obsequiada, en ambos casos, gracias a los extraordinarios sentimientos de devoción que provocaba.
Se han señalado a muchas imágenes de Jesús Nazareno como provenientes de la mano de Ganuza y en el caso de las dos que nos ocupan, es innegable que su belleza, manifestada en gran fama y devoción, ha logrado cumplir con el objetivo del arte religioso.
Sirva este breve ensayo para rendir un sencillo homenaje póstumo al Doctor en Historia del Arte, Juan Haroldo Rodas Estrada, quien legó una extensa obra literaria relacionada al arte guatemalteco. Como algo sumamente especial, el borrador inicial de este artículo fue aun revisado en vida y visto como un auténtico regalo por el Doctor Rodas Estrada. Tan sólo en esta última versión, se añadió el sentido de pésame y tristeza por su muerte, destino final que sólo los hombres sabios dedican su vida entera a aceptar.