Anécdota de: Rafael Álvarez.
Mi novia es devota de Cristo Rey de Candelaria, ella pertenece a la asociación de damas de dicho templo, cuando la conocí supe que ella era esa cucurucha que por tanto tiempo había esperado.
Me di cuenta que me gustaba y mi intención era hacerla mi novia, pero había alguien que al parecer estaba celoso por su hija. Y no no era su padre, era Jesús de Candelaria. Yo soy fotógrafo, pero extrañamente en ese tiempo en que la estaba conociendo, cuando llegaba a la capilla del Señor, después de hacer mi respectiva oración, decidía tomarle fotos pero ni una me salia bien, fueron 5 veces seguidas que llegue a su capilla y ni una fotografía me salía bien, el Señor no se dejaba, yo no entendía por qué.
El era el único nazareno con quien no me salían bien las tomas. Era como que si no le gustara que yo llegara a tomarle fotos, o si estuviera molesto conmigo. La última vez que llegue decidí hablar con Él, y contarle lo que estaba sintiendo por una de sus hijas, y cuales eran mis intensiones con ella, le dije que le quería demostrar que mi amor por ella era real y que si el me lo permitía yo quería enamorarla.
Intente tomarle una foto y de nuevo no se dejó, era como un padre celoso que no quería que estuviera cerca de su hija. Deje pasar el tiempo, un mes aproximado, estuve saliendo y conociendo más a mi novia, hasta que decidí por fin que le iba pedir que fuera mi novia, pero no sin antes llegar a Candelaria y hacer mi ultimo intento y volver hablar con el Señor y pedirle permiso.
Recuerdo esa tarde, fue un sábado de enero del presente año, llegué, hablé con Él y de nuevo le conté sobre mis sentimientos hacia ella y que quería pedirle que fuera mi novia pero quería que el me diera permiso de ser su novio, le abrí mi corazón al Señor y le dije que ella era esa devota cucurucha que por tanto tiempo había esperado, y que yo estaría dispuesto a aceptar la voluntad de el, pero que de igual manera iba a inténtalo otra vez…
Con toda la fe u esperanza del mundo, saque mi cámara le hice la primera toma y boom… ¡Vaya sorpresa! foto perfecta, luz perfecta, sombra perfecta, los detalles de su rostro perfectos y fue ahí donde supe que esa era la señal, POR FIN Jesús de Candelaria había aceptado, y me había dado el Si de poder enamorar a su hija…
Contento salí de su capilla, e imprimí esa foto, porque se la iba a dar ami novia cuando le hiciera dicha petición. Ella me dijo que si, le di la foto, ella la conserva con mucha alegría en su habitación y somos novios, pasamos juntos el jueves santo, agradecidos por la oportunidad que el Señor nos dio de conocernos y estar juntos.
Desde entonces cada vez que voy a su capilla, todas las fotos de el me salen hermosas y perfectas. Así fue como le pedí permiso a Cristo Rey para enamorar a mi novia.
¿Tuviste alguna experiencia similar con tu pareja? ¡Cuéntanos y vivamos el amor que Cristo nos da!