Por Edwin García.
Terremoto del 4 de febrero: un desastre natural que causó mucho daño y dolor.
La cuaresma estaba próxima y se pensó en no sacar procesiones en señal de duelo por los fallecidos, muchos de ellos cucuruchos.
Sin embargo, fue el mismo Cardenal Mario Casariego como arzobispo de Guatemala quien instó a las hermandades a realizar sus procesiones pues serian un bálsamo para el espíritu de un pueblo golpeado por la tragedia.
Ese año la procesion del santo entierro salió a las 3 de la tarde del interior del templo, sin embargo, no se interpretaron marchas en el interior de la basilica para no dañarla mas y ante el riesgo de que se derrumbase el techo.
Los turnos fueron impresos en blanco y negro tambien como muestra de luto y se decidio que el anda no llevara ninguna alegoria sino que se pidió al pueblo católico que le colocararan flores al anda durante el recorrido.
El anda iba cubierta con un paño negro y dos arreglos florales, uno al frente y otro atras con sendos incensarios en las esquinas, al volver al templo iba inundado de flores que los fieles colocaron a su paso por las calles de la ciudad.