(texto original de «Devota Mercedaria»)
Con un gran deseo de llevar en hombros por primera vez un anda procesional, el año 2014 marcó mi vida. Aunque en mi familia no existe la devoción de ser cucuruchos, si existe la de enamorarse viendo los pasos procesionales, no obstante en mí nacía el deseo de llevar en hombros a Nuestra Madre La Virgen María, de experimentar el sentimiento del peso de una dulce almohadilla, de recorrer junto a tantas devotas y devotos las calles e ir en busca de tu turno.
En el 2014 habíamos planeado ir a la Antigua Guatemala a pasar Semana Santa, por lo que supuse que cargaría en esa ciudad empedrada una procesión por vez primera, no me importaba en que departamento, en que calle, el turno y que Imagen fuera, simplemente quería cargar. Sin embargo por aspectos económicos no pudimos ir, lo cual me entristeció porque eso significaba no poder cargar allí ni en ningún lado pues se había pasado los domingos de cuaresma para comprar turno para las nuevas devotas cargadoras.
Pero esa semana mi madre me llama a la casa de mis abuelos pues yo vivo con ellos, y me comenta que le han regalado 2 turnos para que las mujeres lleven en hombros a Jesús Redentor de los Cautivos de la Iglesia de Santa Marta en la zona 3. Me pregunta si me gustaría cargar al menos uno de ellos ya que yo tengo el deseo de hacerlo. Inmensamente feliz acepté ya que podría cargar por primera vez y además no solo sería a la Virgen sino también a Jesús.
El domingo de tan hermoso turno llegó, me levanté temprano y fui a misa como todos los domingos, con mi madre (abuela) y mi tía, más tarde llegaría mi mamá, mi hermana y su esposo para acompañarme al turno. Cuando llegaron me dijeron que antes iríamos a misa en el Templo de la Merced (zona 1 capitalina), lo cual sinceramente no tomé con tanto entusiasmo pues yo ya había escuchado misa ese día, pero me dije a mi misma que debía ir gustosa como una muestra de agradecimiento por el turno de Jesús de Santa Marta.
Al llegar al Templo de la Merced, una hermana nos ofreció turnos a mi y a mi hermana para llevar en hombros a la Virgencita Mercedaria, yo no lo podía creer, ¡Aún habían turnos!, a mi hermana que no le gustaba la idea de cargar, accedió a hacerlo pues se trataba de un turno de comisión de entrada, felices lo compramos. Ahora yo tenía dos turnos después de no tener ninguno.
El viernes Santo 2014 llegó y Jesús de la Merced me recibió como devota cargadora, llevando en hombros a su Santísima Madre con la Marcha Oficial «Señor Pequé». La experiencia fue mágica e inexplicable, llena de amor y felicidad, además de que conté con la bendición de cargarlo con mi hermana.
Al finalizarlo mi hermana y yo nos percatamos que para Santa María Magdalena pedían cargadoras, solo había un turno disponible y se lo brindé a mi hermana, era el turno justo antes de la entrada. Pero cuando justamente tocaba el turno de honor para entrar al templo, faltaba una cargadora, esperaron un poco a la hermana que tenía ese turno pero no llegó, así que decidieron regalarlo y con un sorteo rápido entre 5 devotas que constaba en adivinar un número, yo fui la gran bendecida. Al día de hoy aún agradezco a la hermana de la hermandad, a la devota que no pudo llegar y a Dios por ese tan hermoso turno de entrada para Santa María Magdalena.
Un año después continuaba igual o más deseosa de cargar a la Virgencita pero también a Jesús pues en el Templo Mercedario ya pueden llevarlo mujeres en hombros. Con casi 7 horas de espera para adquirir un turno, Jesús y la Virgen Mercedaria nuevamente me bendicen y me conceden el turno 53 para Jesús, con una marcha preciosa «María la Penitente» y revalido mi turno 74 de un año anterior para la Virgen.
Éste Viernes Santo 3 de abril de 2015, estará marcado en mi vida. Ya no tenía relación con mi madre biológica y no cargaría con mi hermana. Estaba planificado que iría con mi tía pero mi mamá (abuela) se enfermó y por poco no llego a cargar ese Viernes Santo, pero como siempre Jesús de la Merced me quería allí con Él. Ese día fue una mezcla de sentimientos, la pena de la salud de mi mamá y la felicidad por llevar en hombros nuevamente a Santa María Magdalena pero ahora no en turno de entrada sino frente al Palacio, a la Virgen María y a Jesús Mercedario y con tan solo 1 año de ser devota cargadora.
El obtener los turnos me ha conllevado ciertos eventos, como que se acaben las fechas para comprar un turno, las 7 horas de espera, la falta de salud de mi madre…. pero sin importar lo imposible que parezca conseguir un turno o llegar a él, mi Jesús de la Merced siempre me ha concedido el milagro y me da el privilegio de acompañarlo, y cada Viernes Santo que pasa me recibe con un regalo aún mayor.
Hoy le he prometido ir año con año para llevarlo en hombros a Él, a la Virgen María y Santa María Magdalena, hasta que Él decida que mi cuerpo ya no de más.
¿Qué tienes tu para contarnos? ¿qué anécdotas tienes guardadas en tu corazón?