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Historia de los Turnos de procesiones en Guatemala – los fotoimpresos aparecen

Segunda parte, puedes leer la primera parte aquí.

El aparecimiento de los fotoimpresos en los turnos

La reproducción de imágenes de determinadas pinturas y esculturas de carácter religiosa y civil fue algo muy usual desde tiempos ancestrales en Guatemala, rigiéndose a normas muy estrictas durante el periodo de desarrollo de la cultura hispánica (1524-1821) debido su carácter como entes reproductores del sistema de vida.

Este factor determinó la existencia de dos tipos de retratos: los llamados de mano alzada, realizados en el sitio donde se encontraba el modelo único, que eran identificados por los artistas como pinturas “tocadas del original” y los llamados “retratos de aparato”, que se hacían acompañando a la imagen principal con referencias visuales de elementos iconográficos e iconológicos que acercaran directamente al público a los personajes representados.

En este contexto de ideas, el daguerrotipo ni la fotografía eran elementos propios para la reproducción del culto religioso debido a que podían ser manipulados por personas no necesariamente religiosas. Sin embargo, los cambios operados en el mundo después de la Revolución Industrial en el Siglo XIX, hizo meditar acerca de la utilidad de estos recursos en la difusión del Evangelio al Papa León XIII, que reinó entre (1878 a 1903), aceptando su incorporación al proceso de enseñanza aprendizaje de tipo religioso católico.

Sin embargo, el uso de la fotografía como medio de reproducción de la devoción estuvo restringida a tratar captar las efigies sagradas de mayor devoción, a la manera de las antiguas pinturas del periodo de la dominación española, como fiel reproducción de la imagen ó como retrato de aparato dejando clara la iconografía y la iconología de la fuente primigenia de las tomas.

Una vez entendido este antecedente, pasemos a explicar el siguiente paso en  la evolución de los turnos, que consistió en la aplicación de la fotomecánica que permitió la incorporación de fotografías a estas pequeñas tarjetas, siendo una de las más antiguas el retrato de aparato de Consagración de Jesús Nazareno de Candelaria tomado por José García Sánchez en 1917, que figuró por primera vez en los turnos para cargar en la procesión del Jueves Santo 5 de abril de aquel año en una imagen que tomó el carácter de oficial de dicha escultura que llegó al corazón sus devotos por medio del turno de aquel año.

La idea de utilizar fotoimpresos en los turnos evolucionó de las llamadas tarjetas de visita o tarjetas de presentación que utilizaban los personajes distinguidos desde mediados del Siglo XIX, en una moda que tuvo como principal epicentro la ciudad de París y que llegó a nuestro país como un refinado producto de la ilustración francesa.

Uno de los primeros grandes personajes públicos que utilizó la tarjeta de visita en Guatemala fue el presidente Rafael Carrera, quien ocupó este cargo por varios mandatos entre diciembre de 1844 al 14 de abril de 1865. Dicho mandatario manejó para su tarjeta de visita un fotoimpreso extraído de un retrato de aparato donde figura su imagen delante de un cortinaje de cuerpo completo con los atributos propios de un presidente de nuestro país en donde destaca el uso de uniforme militar con insignias de su alta investidura, que al compararlo con el retrato de Jesús de Candelaria es fácil relacionar las imágenes en tamaño y forma.

Ilustraciones 6 A y 6 B.

Vista frontal y reverso del turno para cargar en la procesión de Jesús Nazareno de Candelaria el Jueves Santo 5 de abril de 1917. El diseño gráfico central del documento presenta un fotoimpreso de retrato de apartado de Jesús Nazareno de Candelaria donde figura de cuerpo completo con sus atributos iconográficos e iconológicos. Dicha imagen es presentada en un fondo amarillento a manera de ornacina enmarcada su parte inferior por un listón formado de pequeñas hojas de laurel, símbolo de la gloria, que podemos asociar a su consagración que se llevó a cabo el sábado 3 de febrero de aquel año.Turno del álbum de Jesús Nazareno de Candelaria del licenciado Erick Espinoza Folgar.

Ilustración 7

Tarjeta de visita del presidente de Guatemala Rafael Carrera por varios periodos entre diciembre de 1844 al 14 de abril de 1865. (10 cms. X 6.5 cms.). La utilización de los fotoimpresos de los turnos están hondamente relacionados con este tipo de documentos que también son derivados de los retratos de aparato descritos en la presente exposición. (CIRMA. Nuevas Adquisiciones. Fototeca Guatemala. Print Estudio. Guatemala, 2000, p. 14.)

Los turnos mezclan nuevamente elementos de otro documento la tarjeta de visita, al ya referido anteriormente en forma de ovalo y circulo que se habían derivado de los números de rifas, entradas y bailes, creándose así un nuevo documento híbrido, que los desarrolló como los conocemos actualmente, combinando fotoimpreso, datos generales de la escultura, la hermandad encargada del culto a los existentes anteriormente como el brazo donde se debe colocar la persona y número de turno, al que se sumó el nombre del devoto relacionándolo directamente con el culto, dejando testimonio directo de su participación en la procesión, identificado con un número adicional que representa el código de inscripción que también figura en el libro de Padrón de Cucuruchos como se denomina comúnmente en Guatemala a los devotos cargadores de las procesiones de Pasión.

El descubrimiento de esta nueva combinación de datos e imágenes unidos por medio de del diseño gráfico pronto comenzó a expandirse a otras cofradías, hermandades y asociaciones católicas encargadas del culto religioso que sacaban procesiones, a la vez que fue agregado un valor monetario cuando se convirtieron en evidencia de pago del derecho a participar como cargador de una procesión al comprarlo, añadiendo una nueva característica de tipo económico a estas tarjetas.

En la segunda década del Siglo XX cuando se desarrollaban los turnos en las vías artísticas antes descritas, las procesiones reflejaban un proceso de expansión debido a que también se constituyeron en un medio de identidad social entre los vecinos de los barrios, las ciudades y el país en general, abarcando distintas clases sociales que para mantenerse a distancia inventaron los llamados “Turnos de Honor” con un costo más elevado a los del común que pasaron a llamarse “Turnos Ordinarios”, resolviendo la participación en las procesiones de personas de diferentes estratos sociales..

En este orden establecido los Turnos de Honor son por excelencia los primeros en llevar el anda en la realización de una procesión, seguidos de otros un tanto más baratos denominados “Comisiones de Honor” que toman el anda conforme avanza el cortejo hasta llegar al primero de tipo ordinario que llevan la procesión hasta el final de la jornada cuyo último turno estaba a cargo de los colaboradores para la realización del desfile sacro.

Este comportamiento en la repartición de los turnos es diferente en cada lugar del país hasta que el crecimiento de las grandes procesiones planteó la necesidad de organizar los Turnos Ordinarios por orden de estatura de los devotos, eventualidad que ha hecho surgir grandes amistades que se encuentran siempre en distintos turnos especialmente de la Antigua y la Nueva Guatemala, que tienen como referencia la misma estatura.

Este fenómeno de amistad de turnos se extiende a los de Honor y Comisiones de Honor en la medida y entrada de las procesiones, debido a que son adquiridos por los bienhechores de las cofradías, hermandades y asociaciones católicas, personas que regularmente no escatiman gastos para el culto religioso que se expresa en el valor cada vez más elevado de este tipo de turnos, situación que se ha extendido a los que se cargan en determinados puntos estratégicos de la ciudades caracterizados por los sitios de importancia pública como puede se en la capital el Palacio Nacional, la Catedral Metropolitana y otros.

El impacto del uso de fotografías en las tarjetas de visita y en los turnos tuvo algunas variantes como la elaboración de tarjetas de visita de algunas imágenes de gran devoción de Antigua y la Nueva Guatemala, cuya calidad en la reproducción de las mismas tuvo mucha relación con la calidad de las fotografías tomadas originalmente en Guatemala y enviadas a París donde fue impresa una primera serie de estas tarjetas.

Para dar prestancia a las referidas colección de tarjetas se recurrió a una impresión a gran escala pero a menor precio, pero que a la vez esto no determinara una reproducción barata y poco significativa del cariño y respeto a los iconos de unidad religiosa, por lo que se recurrió a la casa L. Turgis & Fils París. Edit Prevost Despalangues & Tardif para la reproducción litográfica de pequeñas estampas de devoción, que coinciden en medida y presentación con las ya conocidas para aquel entonces como tarjeras de visita, vendidas y obsequiadas en los templos donde habían Imágenes de Pasión de gran arraigo en la fe popular.

Estas estampas o tarjetas de visita adaptadas estaban basadas en fotografías iluminadas que alteraban severamente las imágenes originales, como el caso de la de Jesús de la Merced, mientras que en otras fueron cambiadas, como las del Señor Sepultado de San Felipe. Un caso contrario sucedió con la estampa basada en la pintura de Jesús Nazareno de Santa Clara, cuya calidad fue realmente sorprendente en la que debemos tener presente que la imagen original era una pintura al oleo y no esculturas como las de Jesús Nazareno de La Merced y del altar mayor donde estaban colocadas las esculturas de la Virgen de Dolores y Señor Sepultado de la iglesia de San Felipe. Es importante anotar que dichos impresos contaban con diferentes versiones de calidad en el papel, utilizando en el caso del  Señor de la Merced el mismo retrato de fotografia. 1 (Ilustración 31)

Para llegar a estas conclusiones se examinó  una colección de impresos de las imágenes de mayor devoción de la Pasión de Cristo de principios de Siglo XX realizados en la casa: L. Turgis & Fils Paris. Edit. Presvost Despalagues & Tardif.

Ilustraciones 8 A, 8 B y 8 C.

Tarjetas de visita de Jesús de la Merced de la Nueva Guatemala, el Señor Sepultado de San Felipe de la Antiga Gutamala y Jesús de Santa Clara de la Nueva Guatemala, impresas en la casa L. Turgis & Fils París.Edit Prevost Despalangues & Tardif, que influyeron profundamente en el uso de fotografía de los turnos para cargar en las procesiones de Guatemala.

En el análisis de la colección de tarjetas de visita de las imágenes de mayor devoción de la Antigua y la Nueva Guatemala, es conveniente tener en cuenta el comentario  ofrecido por Gisèle Freund en su libro La fotografía como documento social, cuando explica acerca de la comercialización de este formato del retrato: “La tarjeta de visita que correspondía aproximadamente a nuestro actual formato de 6 x 9 cm. reemplazó la placa metálica por el negativo de vidrio, ya inventado desde hacía tiempo y de ese modo pudo, por la quinta parte del precio habitual, hacer un cliché y entregar una docena de copias.” (Gisèle Freund, 1976: 17)

La acotación hace evidente lo barato de dichas tarjetas en Francia, en las cuales se procuró dejar claro el pie de impresión y el lugar donde fueron impresas, con el fin de hacer notar su carácter fino y justificar el precio al que eran vendidas en Guatemala, o bien resaltar lo elegante del regalo cuando se ofrecían al público gratuitamente.

Extraído de la investigación del Lic. Fernando Urquizú en «Los turnos de las procesiones de Guatemala, el caso de los de Jesús Nazareno de Candelaria (1903-2010)»