Estos son algunos apuntes para la historia de la Dolorosa del Manchen, una de las imágenes más importantes en la piedad popular guatemalteca.
Por Lic. Mario Alfredo Alvarado, USAC-Escuela de Historia
1. El paraje del Manchén en la historia de la Dolorosa del Manchén
Este es el nombre con el que se conoce al lugar en el cual se edificó en la ciudad de Santiago de Guatemala una ermita, para la veneración de una escultura de nuestra señora de los Dolores cuya devoción perdura, hasta el día de hoy en la Nueva Guatemala de la Asunción.
Estos datos se han podido confirmar al poder ubicar en el desarrollo de esta investigación un documento en el archivo histórico arquidiocesano de Guatemala del año de 1747 en el cual se hace un inventario de los bienes de la ermita del Manchén y se menciona claramente la ubicación de la misma en la parte extramuros de la ciudad y el nombre del paraje que daba el nombre tanto a la ermita como a la dolorosa venerada en este lugar. (AHAG, Fondo diocesano, secretaría de gobierno eclesiástico. Visitas pastorales. Tomo 12. Folios 186 – 191.)
El paraje del Manchén dado el contexto de la época colonial y por estar adscrito al barrio de San Sebastián su componente social era mestizo en su gran mayoría, siendo como se ha logrado establecer un lugar con una población trabajadora, pero que en su gran mayoría eran pobres.
Los terremotos de 1773 marcaron drásticamente la forma de vida en la ciudad de Santiago de Guatemala y terminaron consolidando un proceso iniciado años atrás con la llegada de los borbones al trono del reino de España las autoridades encabezadas por el capitán general Don Martin de Mayorga comenzaran el cabildeo por trasladar la ciudad a un nuevo valle esto dado los estragos caudados por los terremotos de Santa Marta.
Este problema marcó también a los habitantes del paraje del Manchén quienes sufrirán grandes penurias y la destrucción de su ermita dedicada a la Virgen de los Dolores, situación que se complicó más cuando llegara la orden del monarca Carlos III de prohibir las ermitas en la nueva ciudad que se edificaría en el valle de la ermita.
Las anteriores dificultades las tuvieron que padecer los vecinos del Manchen hasta que en el año de 1780 se tienen que trasladar dado la presión existente por parte de la corona a la nueva ciudad fusionando sus bienes religiosos que lograron salvar de su ermita de los Dolores con los de la parroquia de San Sebastián.
2. La ermita de la Dolorosa del Manchén.
Hablar de esta edificación religiosa es trasladarnos a la ciudad de Santiago de Guatemala en sus años de esplendor y es precisamente como indica el cronista Domingo Juarros en la citada urbe en su asiento en el valle de Panchoy existieron, tres ermitas dedicadas a la contemplación de los dolores de la Virgen María ubicadas en distintos puntos de metrópoli siendo estas:
- La ermita de los dolores del cerro
- La emita de los dolores de abajo
- La ermita de los dolores del Manchén
En este sentido considero oportuno citar que como parte del proceso de esta investigación y la exhausta labor de archivos que se realizó se logró ubicar en el AHAG un inventario del siglo XVIII precisamente del año de 1747 de la citada ermita y cuyo contenido considero esencial y por sobre todo interesante, para poder entender las formas rituales ligadas a la dolorosa del Manchén en la época colonial.
En el citado documento se habla que gran parte de los bienes para el culto divino en la ermita del Manchén y la propia edificación de la misma fue gracias al capitán Don Pedro Carrillo y otros devotos según el texto del citado inventario. (AHAG, Fondo Diocesano, secretaría de gobierno eclesiástico. Visitas pastorales. Tomo XII Folio 186)
3. La escultura de la Dolorosa del Manchén.
Hablar de esta magnífica escultura es regresar en el tiempo a las calles empedradas de la ciudad de Santiago de Guatemala donde debió haberse realizado, tan asigne efigie que represente a la madre de Dios en los momentos más duros de la Pasión de Cristo y que están plasmados en tan magnifica imagen la cual se venera desde 1780 en la parroquia de San Sebastián de la Nueva Guatemala de la Asunción.
En este mismo contexto Juarros nos dice sobre la Dolorosa del Manchén:
– “La imagen de Nuestra Señora a quien se tributan cultos en esta capilla es de las más hermosas que tiene Guatemala el 23 de mayo de 1738 la coronó el ilustrísimo Señor Don Fray Antonio López de Guadalupe Obispo de Comayagua”
(Juarros, 1999:175)
Estos datos son muy importantes en primer lugar el cronista cita que esta imagen es de las más bellas que tiene Guatemala y en efecto no se equivocó la dolorosa del Manchén es sin lugar a dudas uno de los ejemplos de Dolorosas elaboradas en Guatemala, donde se logró conjugar de una manera única la anatomía y la belleza lograda por los artistas coloniales que legaron estas piezas a generaciones venideras como la nuestra.
En este mismo contexto el autor afirma también una ceremonia interesante y que demostraría el grado devocional que logro alcanzar para mediados del siglo XVIII la dolorosa hablamos de su solemne coronación y consagración de manos del obispo de Comayagua.
En este punto quiero detenerme, porque este tipo de ceremonias y formas rituales propias del catolicismo y que tienen gran auge tras la celebración del concilio de Trento, tendrán su primera mención en Guatemala con la consagración de Jesús Nazareno de la Merced en 1717.
Este tipo de celebraciones eran muy especiales para la sociedad colonial en este caso Juarros nos indica que la Virgen salió de su ermita, para la Merced al día siguiente fue llevada de regreso pero posterior a ello hubo tres días de celebridad, esto es lógico y precisamente en el siglo XVIII que era la época de más gloria de Santiago de Guatemala, otra consagración no podía pasar desapercibida por lo cual podemos decir que lo vivido en 1738 fue también una verdadera fiesta barroca para conmemorar tan alta y preciada dignidad a la que la Dolorosa del Manchén fuera elevada.
El movimiento de los traslacionistas impulsado por Don Martin de Mayorga triunfo por lo cual la urbe se trasladó al valle de la Ermita donde actualmente se encuentra y venera la Dolorosa del Manchén desde 1780.
En este sentido el siglo XIX carecía de información sobre la Dolorosa del Manchén, hasta que fruto de las investigaciones de este servidor se logró ubicar un libro de limosnas en el AHAG apertura durante el régimen conservador de Rafael Carrera que brinda interesantes datos sobre las formas rituales en torno a la citada escultura.
El libro apertura en 1858 y concluido en el año siguiente parte de la premisa que para la época en mención no existía cofradía alguna que velara por el culto de la imagen sino el párroco era el encargado tal como lo cita el texto siendo Ramón Solís el presbítero que llevo a cabo esta función de revitalizar esta devoción en la Nueva Guatemala de la Asunción. (AHAG Fondo Parroquial San Sebastián Sección Sacramental Libro de Limosnas de Nuestra Señora de Dolores del Manchén 1858-1859)
En este contexto el libro cita que desde el 2 de abril de 1858 se comenzó a juntar colectas para el culto de la Dolorosa así mismo se cita que el párroco instauro las misas cantadas en la capilla de la citada imagen los días viernes y el canto de la Salve Regina, los mismos días por la tarde siendo este ceremonial concurrido por los vecinos y la población de la urbe. (Ibíd.)
El libro se complementa con el detalle de ingresos propios de las limosnas durante los años 1858 y el siguiente siendo los días cuando más limosna se recolecto el Jueves Santo y Viernes Santo demostrando con ello, cómo la devoción a esta escultura era muy sólida y la visita a la misma los días grandes del triduo sacro era un constante devocional en la Nueva Guatemala para el siglo XIX esto no solo aporta para la historia de la Dolorosa del Manchén, sino también demuestra como, a pesar de no tener un cortejo el culto interno era solido e incluso auspiciado por la Municipalidad de la ciudad.