Diseñado como un reflejo de la Ciudad de Guatemala, con un trazado ajedrezado, en el cual las manzanas de terreno son conocidas como cuadros. El Cementerio General se ubica en la zona 3 custodiado por los barrios Cantón Barillas hoy Santa marta y el Barrio el Gallito, y abarca desde la 19 calle hasta la 26 calle, y de la 4 avenida a la 7 avenida.
No fue sino hasta 1881 cuando el cementerio fue inaugurado con el primer entierro oficial del señor Ignacio Zamora originario de Sololá. Pero de ese mismo día también se recuerdan otros dos entierros, uno de un niño de tres meses llamado José María López y otro de catorce meses llamado Justo Vásquez.
Desde sus inicios El cementerio tuvo tres cambios de localidad antes de su establecimiento permanente. El primer traslado fue en 1770 lo ubica detrás de la Catedral y se le nombra Cementerio del Sagrario situado en lo que hoy es el Mercado Central; el segundo fue durante 1779, en donde ahora es el parque Enrique Gómez Carillo, antes llamado Camposanto los Remedios; y el tercero fue en 1833 ubicado muy cerca del hospital San Juan de Dios, por lo cual el cementerio llevaba el mismo nombre.
Estos traslados fueron causados por el control sanitario implementado con el crecimiento de la urbe y en 1880 inicia su traslado a donde es conocido en la actualidad, dicho camposanto contaba con una capilla del mismo estilo neoclásico con el que fue embellecida su antañona fachada y que es muy representativa de la ciudad de Guatemala.
El pequeño recinto sagrado era conocido como “capilla del Señor del Consuelo”, su altar era presidido por un hermoso Cristo de pasta de la técnica de Olot España, existe un documento de la arquidiocesis recientemente encontrado fechado 26 de octubre de 1956 en el que hacen el nombramiento del Pbro. Elías Pérez Morales como capellán para el efecto dicta la carta “atienda las necesidades espirituales de todas las personas que visiten el cementerio general de esta ciudad capital, cuya capilla constituímos, por estas mismas letras en Capellania dedicada a Cristo Crucificado”
Lo cierto es que en dicha capilla se celebro una inmensa cantidad de oficios póstumos, responsos y misas para los fieles que fueran enterrados en este lugar.
La Imagen del Cristo de 1 metro con 60 centímetros permaneció dentro de los muros del lugar por más de 80 años.
En el mes de octubre por mandato del arzobispado de Guatemala fueron trasladados a la parroquia de la Santísima Trinidad los bienes muebles de la capilla del cementerio de nuestra ciudad ya que las autoridades del campo santo habían inhabilitado la capilla desde hace un tiempo por lo que los bienes se encontraban en abandono y deterioro, al ejecutarse dicho traslado se observó que la imagen del Cristo tenía alto grado de suciedad dándole una tonalidad totalmente oscurecida pero que entre pliegues de su paño de pureza se podía observar rastros de hermosos diseños hechos en la técnica de temple sobre pan de oro, así como de sus líneas de sangre y rastros de su encarnado.
Se procedió a buscar un restaurador profesional para que ejecutara la limpieza de la misma, con autorización del cura párroco de la Santísima Trinidad el Rev. Padre Carlos Castellanos se encarga dicha obra al maestro Guadalupe Laz que realizó el proceso de limpieza e integración de color en lugares puntuales de su encarnado que se encontraba debajo de la suciedad provocada por Hollín de veladora, excremento de mosca y otros tipos de elementos que durante el paso del tiempo fueron posándose sobre el encarnado.
al terminar el proceso de limpieza e integración se pudo apreciar como la belleza de la obra se iba descubriendo de un velo negro a un color de piel palidecido por su agónica muerte, gruesas líneas de sangre remataban con gotas que daban la sensación de caídas espesas. Y así la bella imagen del Cristo Crucificado fue sobresaliendo, el cual tuvo su primer día de veneración pública el 1ro de noviembre solemnidad de todos los Santos, y que durante 9 días presidió en el presbiterio la santa misa y el responso para veneración de los fieles y como sufragio de las almas de los fieles difuntos.
La parroquia de la Santísima Trinidad a abierto sus brazos para recibir a la venerada Imagen del Santo Cristo Crucificado que en adelante será llamado “del Consuelo de ánimas” y que tendrá su lugar de culto en un recinto especial de nuestra parroquia para la devoción en sufragio de las almas de nuestros hermanos difuntos que se abrazan en el fuego del amor de Dios purificante del purgatorio.