Anécdota de: Otto Aldana.
Tenía yo apenas unos días de haber salido del hospital y se acercaba el primer domingo de cuaresma ya que por una malformación en mi corazón tuve un infarto y un derrame simultáneamente habiendo salido con una funcionabilidad del 31% de mi corazón.
Por lo cual yo no podía caminar muchos metros porque rápidamente me fatigaba y esa fatiga hacía sentirme muy mal, no podía comer ya que el problema en mi corazón presionaba mi esófago lo que obstruía el paso de comida.
Llegó el primer domingo de cuaresma y mis padres me llevaron a observar la salida de Jesús del Consuelo; y le pedí tanto a Dios por mi recuperación.
Nos adelantamos a la sexta avenida y 2 calle, la procesión se acercaba, detuvieron el anda en la esquina y Jesús del Consuelo quedo frente a mí, lo vi a los ojos; en ese momento sentí un escalofrió en todo mi cuerpo y escuché una voz en mi interior que me dijo: «confía y pon tu Fe en mí que soy tu Dios, yo te sanaré y te levantaré».
Siendo honesto jamás había sido devoto de Jesús del Consuelo, a los días me realizaron nuevos exámenes mostrando que mi corazón únicamente funcionaba 20% y mis diagnósticos no eran muy buenos; al momento que leyeron mis exámenes recordé ese bello momento y me dije «confía en Dios, no importa lo que digan los médicos, Él me sanará». A partir de ese punto comencé a recuperarme y hasta el momento ha ido mejorando mi salud.
¡Pon tu Fe en Dios, y Él obrará en tu vida! ¿no nos crees? mira cuánto testimonio hemos de leer a través de éstas anécdotas. Comparte la tuya: