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El hermoso Nacimiento de la familia García Archila

«Campo de fertilidad propicio del cielo te hizo porque fuese el paraíso donde hábito la Deidad.» Está hermosa y muy significativa estrofa pertenece a la novena dedicada la la Virgen del Carmen.

Esta singular frase fue el detonante que dio rienda suelta a la imaginación y la creatividad del responsable de realizar este ejemplar nacimiento de la Familia García Archila.

Siendo José Antonio García Archila, el menor de cinco hermanos de esta familia, el encargado por ya 36 años consecutivos de perpetuar está tradición ancestral que tuvo origen en la ciudad Imperial de Cobán , Alta Verapaz y su precursor fue el recordado Jorge Adalberto García Escobedo, patriarca de la familia García Samayoa.

Quien desde un inicio por su creatividad, ingenio y talento nato su tradicional nacimiento del tamaño de una habitación completa, con una colección interminable de figuras, pastores, ovejas, animales de granja.

Fue tal la trascendencia del famoso nacimiento de «don Beto» como cariñosamente se le reconocía por respeto y afecto.

A tal punto que se constituyó en un punto de interés local e interdepartamental, hasta que desapareció lamentablemente.

Los nietos que crecieron viendo y ayudando a crearlo junto a su abuelo pues no encontraron el gusto ni la oportunidad de trascender a otro nivel esta plausible, renombrable y efímera Obra De Arte.

Siendo el señor José Antonio García Archila, el único nieto convencido y comprometido a qué esa tradición no se pierda y mucho menos que se muera sin antes haber hecho toda clase de esfuerzos, no solo de trabajo, inversión monetaria, compromiso, calidad, talento, coherencia y lo principal AMOR, para darle un lugar digno a la representación del Hijo de Dios en la tierra, como siempre menciona el autor de este magnífico, hermoso y original nacimiento, que no es un nacimiento común.

Esto es un altar digno de un REY. Es un trono dónde se alberga la representación de la Santísima Virgen María y al Patriarca el Señor San José.

La parte medular de esta brillante ejecución, la integra la figura del Padre Eterno que es enmarcada por un resplandor de estos de plata sobre dorada. El padre desciende de los cielos conducido por dos hermosos arcángeles que lo conducen para que elija el campo de fertilidad para el depositar sus semillas.

Se representa en al frente y en la parte inferior , la representación de la sagrada familia en el Portal de Belén. Los señores lucen con dignidad y decoro.

Y como es tradición lucen finos textiles y un atavío demasiado pulido pero siempre impera la calidad, el buen gusto y la coherencia.

Por: Jose Garcia.