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Del Cristo del Amor y su visita a la Antigua Guatemala

Por Edwin Rodolfo García.

Hace 15 años. los dias 22 y 23 de febrero de 2002 se realizaría la peregrinación de la consagrada imagen del Señor Sepultado de Santo Domingo a la ciudad colonial de Antigua Guatemala con motivo de la celebración de los 150 años de fundación de la hermandad.

Por la tarde del viernes 22 dio inicio la velación del Cristo del Armo en la capilla de su antigua casa, hoy hotel Casa Santo Domingo.

La imagen vestida con túnica blanca en una pequeña anda decorada únicamente con flores quedando expuesta a la veneración de los fieles siendo acompañado por delegaciones de diferentes hermandades de la ciudad monumento de América.

A las 7 de la noche se realizó la Eucaristía presidida por el Nuncio de Su Santidad monseñor Ramiro Molliner, concluida la misa se iniciaron los preparativos para el cortejo que llevaría al Cristo del amor de Casa Santo Domingo hacia la iglesia de San José Catedral en donde pernoctaría para la procesión mayor del dia siguiente. A las 9 de la noche se levantaron las andas dando inicio a esa primera procesión en cuyo recorrido se rezó el via crucis llegando a Catedral a las 12 de la noche.

El sábado 23 a las 13 horas dió inicio la procesión del Señor sepultado que fue llevado en hombros en el ‘anda de Valenzuela’, dentro de su tradicional urna y vistiendo la túnica con la que fue consagrado 29 años antes, siendo acompañado por las imágenes de los santos varones y una gran cantidad de devotos de otras asociaciones y los miembros de la hermandad incluyendo a los Caballeros del Señor sepultado.

Durante todo el recorrido las calles empedradas fueron tapizadas de alfombras de pino y aserrín al paso del sepultado dominico, las aceras abarrotadas de fieles que no querían perder la oportunidad de verlo en las calles antigüeñas.

Siendo las 21.30 horas y luego de un hermoso recorrido el Señor sepultado vuelve a la Catedral antigüeña en donde los acordes de ‘La Fosa’ y de su marcha oficial, la ‘Fúnebre’ de Chopin es mecido lentamente en la nave central hasta ser depositado de nuevo en sus pedestales, posteriormente y a la mejor tradición dominica se entonó el canto de El Perdón dando por concluida ésta peregrinación que quedó en la mente y los corazones de los fieles devotos del Cristo del Amor.