El mejor turno de mi vida fue con Jesús de la Caída.
Antes no quería cargar a Jesús de la Caída; pero fue así de repente que en mi corazón nació la necesidad de llevarlo en mis hombros.Leer más »El mejor turno de mi vida fue con Jesús de la Caída.
Todas las vivencias y anéctodas de los cucuruchos.
Antes no quería cargar a Jesús de la Caída; pero fue así de repente que en mi corazón nació la necesidad de llevarlo en mis hombros.Leer más »El mejor turno de mi vida fue con Jesús de la Caída.
Anécdota de: ‘Un apasionado cucurucho.’Leer más »Lo que sólo un Cucurucho es capaz de hacer
El Divino Salvador de Mundo, patrono de la república salvadoreña tiene anécdotas muy especiales; esta que te compartimos sabemos que te gustará.Leer más »El Divino Salvador del Mundo la espero a la salida de su boda
Desde que tengo Memoria mis papas me llevaban a ver la salida de su Cortejo Cada Sábado de Ramos. Entonces para mí era unicamente una procesión mas de la tan esperada semana santa. Recuerdo que nunca había cargado en ninguna procesión del centro y anhelaba mucho hacerlo.Leer más »Mi devoción a Jesús del Consuelo
Anécdota de Edgar Montoya.
Fue en el año 2003, era el día de las inscripciones en el Santuario Arquidiocesano del Señor San José, como años anteriores, compre mi turno y fui a la mesa donde se inscriben los Romanos y me anote en el libro de Aspirantes.Leer más »13 años siendo Romano, con ‘Jesús de los Milagros’
Anécdota de: José.
Cuando cumplí mis dieciocho años junto a mi hermano gemelo, mi madre padeció de un tumor cancerígeno dentro de su estómago, todos pensábamos lo peor, soy el hermano mayor y sin embargo fue mi hermano gemelo quien le dio la fortaleza a la familia. Leer más »Testimonio de Fe en un cucurucho
Anécdota de: Victor Samayoa.
Tuve la dicha de nacer en una familia con entorno cucuruchesco, mi papa, mis tíos, primos, etc. Desde pequeño mis papas me llevaron a la procesión infantil de Jesus de la Caída.Leer más »Cucurucho a causa del Soberano Señor de la Caída
Cuando nuestra Santísima Madre desea que trabajemos para ella, no hay nada ni nadie que nos pueda separar de su regazo.