(Texto original de Juan Eduardo Cruz Reyes)
Lunes Santo del 2009. Ese día fue especial, ya que sería mi primer turno con el nazareno de mis amores.
Con 14 años cumplidos, iba a cargar a Jesús Nazareno de Las Tres Potencias por el Barrio Moderno, aquel sería el turno 17. Los nervios eran grandes, la emoción fuerte, al ver el anda acercándose; un momento inolvidable.
El brazo 1 fue el que se me asignó. El Anda se detiene y me dispongo a tomar el brazo ya asignado, lleno de nervios, pero al mismo tiempo, de una gran alegría.
Finalmente, había llegado a las “grandes ligas”, pero sobre todo, cargar a mi Nazareno de Las Tres Potencias por primera vez en su Lunes Santo, su “Lunes Grande”, fue algo extraordinario.
El peso de las andas era grande y me hacía poner mucho de mi esfuerzo, pero eso no impidió que ese turno quedara grabado en mi mente, ya que, para que aún fuera más especial, sonaba “Comsumatum Est” al fondo.
Tenía 14 años de edad en aquel entonces, pero sentí una cercanía con Dios muy grande. Un turno memorable para mí, ya que desde ese año, mi Lunes Santo con el Nazareno de la “Ternura Infinita” es algo muy especial.
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