Gracias a la Fan Page «Recolección: ayer, hoy y siempre», te trasladaremos a unos años atrás, justamente un día como hoy pero dentro de la Semana Santa, junto a Jesús del Consuelo y una fecha que jamás se borrará en la mente de los cucuruchos y devotas.
Sucedió un triste sábado 12 de abril de 2003, los rayos del sol iluminaron la mañana de aquel inolvidable día. El movimiento del pueblo se manifestaba con alfombras de aserrín, pino y flores. Las voces de las personas exclamaban -!hoy sale la procesión de la Recolección!- el tiempo avanzó y se acercaba la hora de su salida.
Lejano esta el toque que anunció su peregrinar una vez mas por las calles del centro histórico de la ciudad. Su marcha oficial del Padre Murcia, daba inicio al cortejo, luego «Las Tres caídas de Jesús» de Manuel Ortiz se dejaba escuchar en el interior del templo. «La Granadera» como esbozo… dejo claro que Jesús salía a bendecir a su pueblo. Con lento caminar llegó a la calle llamada «Del Consuelo», donde era recibido entre lágrimas, cantos de amor y fe que enfatizaban su dulce mirada al compas de la marcha «Dios es Amor» del maestro Víctor Manuel Lara.
Las campanas de San Sebastián alzaban sus repiques al paso del señor, los fotógrafos buscaban los mejores ángulos que grabarían los recuerdos de aquella hermosa procesión. Los vecinos del barrio tendían sus alfombras y elevaban sus plegarias al verle pasar.
El Parque «Isabel la Católica» enmarcaba su llegada un año mas a la 1a calle donde el turno denominado «GUATEL» ´cargaría al Señor al compás de la marcha «La sangre de Cristo» de Rafael Demetrio Mendieta. Parafaseando un poco a don Otto René Mancilla, – El calor se tornaba sofocante-; Al compas de «Consagración» de Ricardo Quiróz miembros de la Hermandad Recoleta tomaban el turno en la 1a calle y 10a. avenida.
Los rayos del astro rey agobiaban a quienes acompañaban al Señor. El barrio moderno le daba la bienvenida, mientras que el paso cadencioso de las andas lo llevaban bordeando las faldas del Cerro del Carmen hacia La Candelaria.
El cortejo hizo su llegada al Templo Josefino al compas de la marcha de Miguel A. Sosa Ponce, «Jesús de San José». El aire húmedo y un inusual viento refrescaba el ambiente, mientras el rostro de Jesús era iluminado por el sol que iniciaba el ocaso, mientras las andas al compas de «Señor Pequé» enfilaban la 5a. calle hacia el Templo Mercedario.
continuará…
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