Nuestro país guardan dos hermosas joyas del arte guatemalteco dedicadas a las advocaciones de la Virgen María; una de ellas se encuentra en la Basílica menor de Nuestra Señora del Rosario, Parroquia de Santo Domingo y la otra se encuentra en el mítico municipio de Huehuetenango, en Chiantla.
El Licenciado Miguel Álvarez Arévalo, cronista de la Ciudad nos comenta que «La Virgen de Chiantla, el padre Artemio de Remesal en su crónica, indica que en el siglo XVI se mandaron a hacer dos imágenes de la virgen, una para la Iglesia de Santo Domingo de la Ciudad de Santiago y otra para Chiantla, Huehuetenango, es de estilo manierista.
Ella llega a Chiantla como Virgen del Rosario, porque era parte de la provincia dominica, pero luego entregada a los mercedarios que crearon la provincia de «La Presentación del Señor» entonces la Virgen cambió a la advocación de Candelaria. Fue en el siglo XVII que se le hizo ese bellísimo trabajo en plata repujada.
El año 1600 los misioneros mercedarios se hicieron cargo, al igual que en el resto de Huehuetenango, de la Parroquia que era conocida con el nombre de Nuestra Señora de la Candelaria de Chiantla, y a la cual pertenecían como pueblos de visita Aguacatán, Chalchitán, Todos Santos y San Martín Cuchumatán.
Su Iglesia, la cual fue fundada como monasterio de la orden de los Dominicos entre los años 1530 a 1564. Su interior guarda el santuario de la Virgen de Candelaria, un bello retablo labrado en Plata. El edificio del santuario de la Vírgen data del año 1772.
La imagen, que data del siglo XVI, de autor desconocido, es muy parecida a la de la Virgen del Rosario del Templo de Santo Domingo, por lo que se cree que esta sirvió de modelo para la de Chiantla.
“La obra corresponde al estilo manierista por su rostro sereno con una mirada al infinito, sin ninguna expresión en el rostro”, agrega Chajón.
La virgen está cubierta con un elegante manto de plata, que según cuentan , fue mandado a elaborar en el siglo XVIII por los españoles Juan de Espinar y Juan de Almengor, cuando encontraron las minas de plata y plomo pues ellos le avían prometido a la virgen su manto de plata si ella los ayudaba a encontrar dicha mina en la aldea El Torlón.
En el altar mayor existe una mesa de mármol cubierta de plata, y de acuerdo con el párroco Pablo Hernández Chun.
Las Leyendas de la Virgen de Chiantla:
Se cuenta que inicialmente, la cabecera municipal de Chiantla, estuvo por mucho tiempo en el lugar que actualmente se conoce como aldea El Pino, allí había una gran ciénaga y por en sus principios «El Pino» se llamó La Cienaga.
En una ocasión, unos pastores encontraron la imagen de la Virgen de Candelaria y llevaron la novedad a toda la gente. Fue tanta la bulla y la insistencia, que se nombró una comisión presidida por un señor de apellido Cano, y efectivamente encontraron la imagen y la llevaron para «El Pino», pero inexplicablemente ella volvía a aparecer en el lugar donde actualmente esta el santuario, que en ese entonces era un gran campo de magüeyes y rosales que todo el tiempo florecían.
Desaparecía y volvía a aparecer, por lo que decidieron establecer la cabecera municipal en donde actualmente está ubicado.
Fuentes:
- Lic. Miguel Álvarez.
- Guillermo Sales, corresponsal de Huehuetenango.
- Fotografías: Mario Hernández.