Las pestes en Guatemala: Una Visión Distinta De Las Celebraciones Religiosas Y Los Gobiernos Eclesiásticos En El Siglo XIX
Las contingencias sanitarias derivadas de la propagación rápida de enfermedades contagiosas y en muchos casos letales, son temporadas calamitosas para un país, región o a nivel mundial, según la rapidez de su propagación y la capacidad de contención de los conglomerados humanos. Epidemia, pandemia, peste, son nombres de distinta etimología, según el número de personas afectadas, pero de similar significado en el ideario popular, ya que sin discriminar sexo, religión, nivel socio económico o casa de habitación, las pestes y pandemias son generalmente largos períodos de zozobra, enfermedad y mortandad.
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Guatemala ha sido azotada a lo largo de su historia con graves pestes, epidemias y las pandemias de la llamada gripe española del primer cuarto del siglo XX y la del Covid-19 en estos años 2,020 a 2,022, llamadas “pandemias” por afectar a la totalidad de naciones a nivel mundial.
Las pestes y epidemias si se han sucedido con más frecuencia, afectando más bien una región o continente, iniciando esta historia de sucesivas calamidades con la epidemia de viruela, la cual fue mortal y afectó principalmente a la población nativa del recién descubierto continente americano en el siglo XVI, la que propició en gran medida la conquista, cristianización e imposición del gobierno hispánico.
Durante la época de dominación hispánica, los cronistas coloniales dan cumplida cuenta de las acciones que se proveían de parte de las autoridades civiles y eclesiásticas, en la mayoría de las cuales se ve reflejada la piedad barroca de la época, cargada de ceremonias solemnes, manifestaciones públicas de fe, rezos, misas de rogativas y mucha parafernalia religiosa con la que se intentaba calmar la ira divina.
La devoción a santos auxiliadores contra la peste y enfermedades infecciosas, tales como San Rafael Arcángel, San Luis Gonzaga, Santa Rosalía de Palermo, San Sebastián, San Francisco de Paula y San Roque, entre otros, fue constante en las sociedades hispanas desde aquellas lejanas fechas.
La carencia de hospitales en los pueblos y el general desconocimiento de la medicina y causa de la propagación de enfermedades hacían que la gente solo tuviera como aliciente en tan graves circunstancias los auxilios divinos. La Iglesia y el Estado se esforzaban por clamar al Poder Divino para volver lo antes posible a la vida de normalidad rutinaria.
A continuación se expondrán dos muestras documentales de las acciones del gobierno eclesiástico con respecto a dos epidemias de cólera morbus durante el siglo XIX, la primera, que abarcó un período de 1,856 hasta cerca de 1,859, durante el régimen conservador. La segunda en un período que comprende los años de 1,890 a 1,892 aproximadamente.
EPIDEMIA DEL CÓLERA MORBUS DE 1856
La segunda epidemia de cólera morbus durante el siglo XIX, después de la de 1,837, afectó la región de Guatemala en 1,856, la cual duró algunos años. El arzobispo metropolitano de Guatemala era a la sazón don Francisco de Paula García Peláez, cabe destacar que para ese siglo XIX, la única autoridad episcopal para toda la República de Guatemala era el arzobispo, el cual se valía del auxilio de los párrocos vicarios en las distintas parroquias mayores de Guatemala. Monseñor Francisco de Paula García Peláez.
Ante tal contingencia sanitaria emitió una carta pastoral el 15 de octubre de 1,856 en la cual instaba a los ayuntamientos de pueblos, villas y ciudades de la República a sacar en solemne procesión de penitencia y rogativa a las imágenes patronales o de mayor veneración. Entendiéndose de esta manera un apego a las costumbres y modos devotos que se heredaron del período hispánico.
EL CUMPLIMIENTO DE LA CARTA PASTORAL DE 15 DE OCTUBRE DE 1,856 EN EL INTERIOR, DOS EJEMPLOS: QUETZALTENANGO Y SAN MARCOS
1. QUETZALTENANGO:
En la segunda ciudad de la República, se hicieron eficaces rogativas en los años de 1,856 y nuevamente el 04 de septiembre de 1,857, de la que hay constancia en el libro de memorias de correspondencia municipal para aquella época, que a la letra dice:
“Se dio cuenta con dos comunicaciones del Señor Corregidor, la primera: sobre haber recibido noticias de Ostuncalco que hacen necesario transferir la feria de Navidad, para cuando haya cesado la pandemia del Cólera y la segunda del señor ministro de gobernación, justicia y Negocios Eclesiásticos….
….Se recibió nota del Señor Cura Párroco en que dice que accediendo a los muy justos y piadosos deseos de la Comisión Permanente Municipal, ha dispuesto se conduzcan sucesivamente en procesión de penitencia las imágenes venerables del Padre Eterno y Santísima Virgen del Rosario a las capillas de San Sebastian, San Antonio y San Nicolás permaneciendo en ellas por todo el día…”
- La Virgen del Rosario considerada protectora de la Ciudad de Quetzaltenango, salió también en ese siglo XIX, durante la erupción del volcán Cerro Quemado en 1,818 y en muchas otras necesidades públicas, siendo el Espíritu Santo el titular de la ciudad, se encontraba en el retablo principal acompañado del Padre Eterno y el Hijo Crucificado, con la representación zoomorfa de la paloma de plata en los conjuntos Trinitarios de dicha ciudad, quedando más identificado en el pueblo como el Espíritu Santo o la Santísima Trinidad.
2. SAN MARCOS
La ciudad de San Marcos da cuenta de su actividad devota en rogativa para culminar la pandemia de la siguiente manera, en el acta del 31 de octubre de 1,856, contenida en el libro respectivo dentro del Archivo Histórico Municipal “Hugo Armando del Valle Rodríguez”, la cual a la letra en su punto 2° dice así:
"se leyó una nota que el Sr. Cura de esta parroquia dirige a la municipalidad que para dar el debido cumplimiento a la pastoral de Su Ilma. Sr. Arzobispo, fecha 15 del corriente, se ha dispuesto que el día de mañana después de celebrada Misa Solemne esté expuesto su Divina Majestad durante el día y por la tarde salga la Efigie de Nuestra Señora de Concepción en procesión de rogativa por la calle de la estación... "
Cabe destacar que la Inmaculada Concepción es patrona tutelar de San Marcos, desde la época Colonial, destacando que dentro del ideario popular era la Virgen de Concepción y no la imagen de San Marcos Evangelista quien era tenido por más milagrosa o titular de la ciudad.
BROTE DE CÓLERA MÓRBUS EN EL CONTINENTE AMERICANO 1890 A 1892
Aunque no se propagó según informes oficiales, el cólera morbus brotó en Nueva York, Estados Unidos y algunas costas atlánticas de Hispanoamérica entre 1,890 al 1,892. Por tal motivo y sabiendo los estragos causados por las epidemias anteriores del a misma enfermedad, el arzobispado de Guatemala emitió una letanía a San Rafael Arcángel en rogativa por que no alcanzara la epidemia nuevamente a Guatemala.
En el año de 1,892 los rumores y peligros de nuevos brotes conmocionaron severamente a las autoridades eclesiásticas de Guatemala, emitiendo la disposición pastoral en la que se prohibían las procesiones y rezados durante el tiempo que durara la pandemia, siendo este el primer antecedente en Guatemala de las prohibiciones de procesiones y rezados derivados de una contingencia sanitaria, de ahí la importancia del mismo el cual se encuentra en el archivo histórico de la Catedral de San Marcos, dentro del libro No. de Circulares Eclesiásticas y Actas de Visitas Canónicas, mandados a abrir por acuerdo superior de 22 de marzo de 1,886, acta transcrita número 8ª. (se ampliarán los términos en abreviatura para promover la amenidad de la lectura):
“8ª.
Secretaria del Gobierno Eclesiástico Metropolitano de Guatemala. Guatmala 24 de setiembre de 1,892. Señor vicario provincial de Quezaltenango. El muy Ylustre señor gobernador del arzobispado se ha servido dictar el acuerdo que á la letra dice:= “Palacio Arzobispal: Guatemala veinte y cuatro de Setiembre de mil ochocientos noventa i dos= con motivo de los anuncios que se reciben diariamente i que manifiestan el peligro de que la peste del cólera morbus, invada esta arquidiócesis i en el deber de comunicar a los señores párrocos alguna facultades extraordinarias i de fijar algunas prescripciones para la mejor i más pronta administración espiritual acordamos:
- Facultad a todos los párrocos de la diócesis para que puedan desde luego autorizar los matrimonios de los que, viviendo en mal estado i hallándose in articulo mortis quieran ponerse en estado de gracia subdelegando como al efecto lo subdelegamos las facultades extraordinarias trasmitidas por nuestro Santísimo Padre el Señor León XIII…
- Cuidaran de evitar durante este tiempo las procesiones o rezados limitando los ejercicios piadosos que pidan los fieles a rogativas i exposiciones del Santísimo Sacramento.
- Cuidaran así mismo, llegado el caso como en que se declare la peste en que se supriman los dobles de campanas i las exequias corpore presente.
- Desde igual fecha se sustituirá en todas las mismas la colecta “Ne despicies”, por la que trae la misa “Pro tempore pestilente” i que comienza “Deus qui”.
Por lo demás recomendamos a todos i a cada uno de los señores párrocos no se ausenten de sus respectivas parroquias durante el tiempo de la epidemia, i vuelvan cuanto antes á ellas los que estuvieren fuera de alguna licencia:= tómese razón i comuníquese.= Albores.= José María Ramírez Colom”
Situación similar a la que se vive hoy en día durante la pandemia de Covid-19, en la que han quedado prohibidas las procesiones y rezados, así como las exequias y velorios de cuerpo presente. De enorme valor histórico, debido a la similitud de actuaciones en la presente pandemia. Seguramente bajo las indicaciones del exiliado arzobispo don Ricardo Casanova y Estrada, de corte reformista e ilustrado. Resalta también la preocupación pastoral de que los párrocos no abandonaran sus parroquias y así darles el consuelo espiritual permitido por medio de exposiciones del Santísimo Sacramento y misas de rogativa a los fieles.
Lamentablemente no se sabe cuánto tiempo duraron estas prohibiciones y que tanto acatamiento tuvieron en su aplicación, pero queda de referencia histórica para la actual coyuntura.
Fotos 10. 11, 12 y 13. libro No. de Circulares Eclesiásticas y Actas de Visitas Canónicas, mandados a abrir por acuerdo superior de 22 de marzo de 1,886, acta transcrita número 8ª. Ubicado en el Archivo Histórico de la Catedral de San Marcos, Guatemala.
Conclusión:
Las contingencias sanitarias, derivadas de epidemias y pandemias, denominadas pestes en antaño, siempre han ocasionado un cese de las garantías individuales y derechos religiosos de los habitantes de Guatemala y en tal sentido las autoridades eclesiásticas, según la corriente de pensamiento que manejaban, dictaban normas y medidas a los párrocos y feligresía en general, siempre en bien de la población.
Fuentes Consultadas:
- Archivo Histórico Municipal de Quetzaltenango. Año 2,007.
- Archivo Histórico Municipal de San Marcos, años 2,006 al 2,022.
- Archivo particular profesor Miguel Fabricio Morales Figueroa, año 2,021.
- Archivo y fototeca particular del autor.