Un negro infinito inunda la Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario, Parroquia de Santo Domingo para dar lugar al cortejo más antiguo de América, la Procesión del Señor Sepultado ‘Cristo del Amor‘ que yace en un urna como si durmiese el sueño de la muerte. La soledad llena de ternura en su mirar acompaña a su hijo quien por enseñar y mostrar que el Humano sabe Amar fue crucificado y llevado a matar.
Así pues, el Cristo del Amor desarrolló su cortejo procesional en donde notamos el retorno de la ‘Capucha’ de los Caballeros del Señor Sepultado a su uniforme que los caracteriza y contemplar el santo camino que llevó Jesús con los pasos tan característicos de la orden dominica.