(texto original de Juan Pablo Cruz)
Era nuestro primer Viernes Santo junto con mi novia y ambos somos devotos de Santo Domingo, y quisimos ir a ver la salida del «Cristo del amor«; fuimos a verla a eso de las 3 de la tarde, rezamos el credo juntos y esperamos con ansias la salida del Señor Sepultado de santo Domingo.
Salió nuestro Cristo del Amor y lo logramos ver afuera del atrio de la iglesia, cuando el anda daba su giro ya para empezar su cortejo sobre las 12 avenida, mi novia se tocó su pecho, ¡no encontraba su turno, se le había caído! en eso empezamos a buscarlo entre la multitud y no lo encontró, ella se puso a llorar mucho pensando que ya no podría llevar en hombros a la Soledad de Santo Domingo; la abracé y le dije que todo iba a estar bien, que todo pasa por voluntad de Dios.
En ese preciso momento estaba saliendo la Virgen de Soledad de Santo Domingo, se escuchó la granadera y le pedí tanto a ella para que mi novia pudiera llevarla en hombros; pues se podía reflejar el amor y el pesar por lo que le sucedió.
En fin pasamos nuestra jornada en la procesión dominica, a eso de las 8 de la noche estábamos en el parque Isabel la Católica esperando su turno, con Fe y confianza nos acercamos a una de las hermanas de la cofradía de nuestra Señora de Soledad, para decirles que ella había perdido la cartulina de su comisión de honor y que le tocaba en esa cuadra. Es increíble como las señoras de la cofradía sin ninguna injerencia nos dijeron que no había problema, la metieron en el turno y a pesar de todo la Soledad Dominica le dio la oportunidad a mi novia de llevarla en hombros.
Creo saber que cuando pierdes la cartulina antes de que puedas cargar, es una sensación de frustración, pesar, enojo y mucha tristeza; pero mira éste ejemplo que, con valor, honestidad y con Fe en Dios todo se puede lograr. ¿Qué te ha pasado a ti en la Semana Santa?