Son numerosas las leyendas acerca del origen del Niño Dios de Amatitlán, pero existen dos datos concretos, en cuanto a la procedencia y culto que recibe esta venerada imagen; el primer dato: El Santo Niño de Belém ya era conocido en el siglo “XVII” y así lo nombra Francisco Antonio Fuentes y Guzmán, en el capítulo XIV del libro 17; de su Recordación Florida.
El segundo dato:
“Domingo Juárros, en el capítulo IV, tratado 1ro. De su Historia, en relación con San Juan Amatitlán, dice lo siguiente: “Tiene buen suelo, calles anchas y rectas, casas acomodadas, plaza bastante proveído, una Ermita del Calvario, Iglesia Matriz decente y capaz: en ella está colocada cierta imagen del Niño Jesús, de gran veneración; son innumerables las personas, que vienen en romería, a visitarla de todos los pueblos vecinos, y aun de los distantes, especialmente el 1er. Domingo de mayo, en que se celebra su fiesta principal”.
La devoción al Niño se inició en el pueblo Pampichí o Pampichín, lugar identificado como Belén situado sobre ribera meridional de la laguna, en el sitio que estuvo primitivamente Amatitlán, y lugar poblado por indígenas de raza Pocoman. Allí comenzó la veneración de tan famosa imagen, en una Iglesia pobre de techo de paja y habitada por treinta vecinos, pero visitada frecuentemente por romeristas, por la Milagrosa Imagen del Santo Niño de Belén.
La devoción al Niño Dios de Amatitlán, data de 1635 o sea más de 365 años, según una cita del Sacerdote Thomas Gage. No se sabe con certeza quien inició esta devoción, pues se dice que la imagen apareció sola y que los indígenas Pocomames le tomaron gran afecto. Se ha pensado que bien pudo ser el Hermano Pedro quien inició la devoción al Niño, cuando anduvo por estas tierras Pocomames, por el año 1652. En este caso la romería tendría 348 años de establecida. Las anotaciones dadas nos hacen pensar que la imagen del Niño Dios de Amatitlán tiene (más de 300) años de veneración, es nuestro municipio. Es considerada una de las romeríasc más antiguas de América, conocida la imagen con el nombre de “NIÑO DE BELÉN”.
Por lo que según nuestras cuentas este Niño fue venerado cerca de 200 años o más, desde su hallazgo hasta 1789 que deja de estar allí. Hoy a Pampichín se le conoce como Aldea Mesillas Bajas. En el año 1789 el arzobispo Cayetano Francos y Monroy, ordena el traslado de la imagen a la Capilla del convento de los Dominicos, por lo que en 1989 celebramos solemnemente el BICENTENARIO de esta venerada imagen. Este traslado es debido a que la devoción del Niño era grande y que acudía mucha gente a Pampichín, siendo la iglesia insuficiente para todos los devotos. Los comerciantes (siempre aprovechado) transformaron esta Romería en Feria, poniendo ventas, motivando así dicho traslado.
Pero fue hasta en 1883 precisamente un día 3 de mayo que se trasladó a la imagen del Niño Dios, en solemne ceremonia religiosa a la Iglesia Parroquial. Desde esa fecha se establece como el principal de la romería y el rezado del Niño, recorriendo las calles principales, acompañ.ado de los Niños Visitantes (tradición que se describió en el Barrio de La Cruz), por ser este donde se reciben los Niños. Esta procesión se sabe que era terrestre y participaba en los primeros años el Mero PATRÓN, posiblemente entre los años 1789 a 1946 que se cree fue el último año que la Feria de la Cruz se realizó en la Plaza Central. Durante todo el año recibe el Niño visitantes nacionales y extranjeros, por lo milagroso que es.
Cada año ha aumentado la romería tomando en cuenta otros factores como, la belleza de los paisajes del lago, las aguas termales que aún existen y que son buscadas como medicinales, pero sobre todo, por el auge que los distintos medios de comunicación le han dado a esta imagen, que es el Centro del Fervor Religioso el 3 de mayo en Amatitlán con su ya famosa “Procesión Acuática”. La imagen del Niño traída de Pampichín, no sale en esta procesión, ella permanece todo el tiempo en la Iglesia Parroquial San Juan Bautista. La que sale en procesión es una imagen sustituta, conocida por los amatitlanecos y visitantes como “EL NIÑO ZARQUITO”, que es el que siempre se mantiene en la entrada del templo. Sobre el origen de “EL NIÑO ZARQUITO”, han circulado varias versiones, pero todas coinciden que era uno de los Niños Visitantes procedente de la Aldea “Lo de Ramírez” de Villa Nueva, al cual en una de sus visitas lo dejaron en la iglesia Parroquial, olvidado no se sabe por qué razón; el decir de las personas es que los encargado de traerlo, se emborracharon en la Feria y ya no se presentaron a recogerlo, dejándolo regalado en la iglesia. Por lo que desde esa fecha, lo pusieron en la entrada dando la bienvenida a todos los feligreses que visitan nuestra Parroquia.
Este Niño fue robado de la Iglesia Parroquial el 29 de julio de 1964, pero gracias a Prensa Libre quien fue un factor decisivo para encontrarlo, es que éste apareció. Había sido empeñado por el valor de Q.4.00 (cuatro quetzales y dos litros de cerveza), en una humilde tienda llamada “La Famosa” situada en la 31 calle No. 31- 00 esquina con la 19 avenida de la zona 5 Capitalina, esto sucedió en época del Párroco Raúl Gaytán Álvarez (+). SE DICE QUE LA IMAGEN DEL NIÑO DE AMATITLÁN ES DIFERENTE A LAS DEMAS. En efecto la imagen del Niño Dios de Amatitlán es muy distinta a los Niños tradicionales, por lo siguiente: Su tamo es de dos tercias de alto, su pie izquierdo está sobre una calavera, cuyo significado podría ser: “Cristo vencedor de la muerte” un anuncio de su muerte redentora en el Monte del Gólgota (Monte de la calavera), el pie derecho está sobre un mundo, cuyo significado podría ser: “Cristo Rey de las Naciones”; su mano derecha la tiene en actitud de impartir la bendición y en su mano izquierda sostiene un cetro que su parte intermedia tiene forma esférica, rematada por una cruz. Al respecto de este cetro, muchos piensan que el Niño tiene en su mano izquierda el mundo; pero eso no es cierto porque el globo terráqueo lo tiene bajo su pie derecho. Ostenta un resplandor magnífico, en su cabecita; sentando en su pequeño trono saluda y recibe a los visitantes.
Es una escultura muy linda y antigua que para nosotros los amatitlanecos es una joya colonial, que no sólo veneramos sino que protegemos por ser parte de nuestro patrimonio cultural.
¿POR QUÉ AL NIÑO DE AMATITLÁN TAMBIÉN LE LLAMAN DE ATOCHA?
Este es un lamentable error entre los guatemaltecos y data de un hecho muy simple, como es que: Por la escasa fotografía en épocas pasadas se vendían en la puerta de la Iglesia Parroquial de Amatitlán estampadas o láminas con la reproducción del Santo “Niño de Atocha” (imagen venerada en España). El Niño de Atocha es de aspecto puramente campesino, pues usa chambergo y caites, sostiene en su mano derecha una canastilla y en la izquierda un bastón, un tecomate y unas espigas de trigo, elementos que no tiene nuestra imagen.
Básicamente los elementos de identidad de esta imagen extranjera son: El sombrero, el cabello largo, la canasta y el bastón con el tecomate. Comparado ambas imágenes se deduce en forma concluyente que definitivamente este no es “EL NIÑO DE AMATITLÁN”. La imagen del Niño de Amatitlán es más mística y tiene muchos aspectos que ya, fueron descritos anteriormente y lo hacen diferente, como lo es su actitud de “Impartir su Bendición” que es uno de los elementos más destacados de su identidad. En la actualidad este fenómeno ya se ha superado; algunos escritores y periodistas no se han preocupado de informarse bien al respecto y siguen colaborando en fijar entre el pueblo guatemalteco un error grandísimo. Nosotros los amatitlanecos por lo expuesto, con autoridad, llamamos a nuestro querido Niñito sencillamente: “Niño Dios de Amatitlán”, o “Niño de Amatitlán”.
Texto extraído literalmente de: http://amsa.gob.gt/ quien tiene referencia de la obra «Amatitlán (Tradiciones)», Licda. Aracely Judith Samayoa Godoy de Pineda