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El Nacimiento de Jesús, una escena única representada por Guatemala

“Cuando Jesús nació, el cielo se vació. Porque todos adoraban al Salvador…”

En el marco de una noche fría y obscura, en una humilde morada, nace el niño Dios. Acompañado
de sus padres terrenales: La Santísima Virgen María y San José.
Ante el acontecimiento más importante de la historia de la humanidad, en el cual se encarnó el hijo
de Dios, los cielos se vaciaron, y todos los ángeles abandonaron el cielo para venir a adorar al Rey
de reyes: Jesús.


La escena se representa en una pequeña y humilde casa, construida de muros de adobe como la
arquitectura vernácula guatemalteca. Lo cubre parcialmente un pequeño rancho de paja sobre vigas
de madera. En el muro se abre una ventana que nos muestra un cielo estrellado, representando la
obscuridad de la noche, y la humildad de nuestro salvador que eligió nacer en la pobreza.


En una esquina, se representa a la Santísima Virgen María y al Patriarca San José de rodillas ante el
pequeño Rey. Encontramos al niño Dios en un pesebre, que nos recuerda la fragilidad humana al
nacer y la encarnación del hijo de Dios entre nosotros. Del pesebre, nace una Flor llamada Monja
Blanca, que es la flor nacional de Guatemala, recordándonos que ante el niño se presentan tres Ángeles. Uno en el suelo postrándose ante el niño, otro de pie en camino a adorar a Jesús, y el último esta llegando a toda prisa volando por los aires para llegar a adorarle.


Acompaña la escena tres corderos representándonos a los cristianos, que somos ovejas del buen pastor. Complementa la escena una enredadera que engalana todo el contorno de la escena, esta planta es
de flores llamadas “Nazareno” en diferentes tonos de morado, recordándonos el tiempo de
adviento y preparación para el Nacimiento del Niño Jesús en nuestro Corazón.


La técnica utilizada para las esculturas, es encarnado al óleo con la técnica antigua, las figuras están
revestidas de túnicas y mantos estofados en láminas de oro en diferentes colores, recordándonos
el arte barroco guatemalteco, reconocido a nivel mundial como uno de los mejores en su tipo.
Las flores artesanales utilizadas en el nazareno son realizadas con tela encolada trabajada al estilo
de los altares tradicionales guatemaltecos y reconocidos en el arte sacro para representaciones de
Nacimientos y procesiones de Semana Santa.


El niño Dios es una réplica del niño de la Familia Asturias Sueiras, el cual perteneció a la familia del
Premio Nóbel guatemalteco: Miguel Ángel Asturias el cual expresó en varios cuentos y poemas
dedicados al niño Jesús y que probablemente se inspirara en esta escultura para expresar su arte.


Descripción Detallada de los elementos del Nacimiento Guatemalteco.
El pesebre guatemalteco, una escena única representada por imaginería de tamaño
natural, inspirado en las técnicas barrocas guatemalteca y elaborado con elementos
actuales.


Una escena conformada por tres ángeles en actitud de adoración, dos ángeles
postrados en el suelo y un tercero ingresando a la escena desde el cielo.
Representado la divinidad que adora a Dios Entre Nosotros.


La sagrada familia, Jesús, José y María. El niño Jesús, recostado en un pesebre
realizado de materiales simulando madera del cual brota una Monja Blanca, una
Orquídea que es la flor nacional de Guatemala, que representa al pueblo de
Guatemala en oración ante el Niño Jesús.


José y María, tallas únicas inspiradas en el arte religioso barroco en Guatemala,
ambos de rodillas contemplando al Niño Jesús. Maria con las manos juntas y mirada
contemplativa. José con un báculo en su mano izquierda como muestra de ser el
patriarca de nuestra Iglesia.


Las imágenes realizadas con una técnica llamada “Estofado” en donde material
principal es el pan de oro que imprimen en tonalidades metálicas y brillantes sobre
las superficies en las que se aplica. Luego, con diferentes pigmentos se cubren esas
láminas, y finalmente mediante el raspado de estas últimas capas, se hacen dibujos
dejando al descubierto el oro.


El nacimiento consta de San Jose, Maria Santísima, el Niño Jesús y tres angeles. Maria
Santísima y San José obras inspiradas en los rasgos de diferentes imágenes de
distintas advocaciones en diversos templos de la república conjunto con detalles de
la explosión del barroco en el país logran que el conjunto sea una de las obras mas
hermosas de la nueva generación imaginera.


Los ángeles al igual que el misterio poseen vestimentas en estofe, los mismos se
encuentran en posturas de adoración y gloria al anunciar el nacimiento del Rey de
Reyes y Señor de Señores pues como dice el Evangelio de Lucas 2:13-20
“De pronto, muchos ángeles aparecieron en el cielo y alababan a Dios cantando:
¡Gloria a Dios en el cielo, y paz en la tierra para todos los que ama el Señor!”

San Jose, Maria y el niño portan su respectivas coronas y resplandor realizados en
la Antigua Guatemala los cuales tienen detalles en hojas de acantos y panales
rematados con los peveteros de Eventos Católicos representando a los laicos
ardiendo de amor por Jesús, soles entre cada uno de los imperios y la cruz rematan
cada una de las coronas, el resplandor del niño Jesus se nos presenta con 4 tipos de
rayeria emanados con tres potencias recordándonos la Santísima Trinidad, “Padre,
Hijo y Espíritu Santo junto con una diadema a la misma escuela de las coronas.


Todo el conjunto escultórico es enmarcado por un portal a la usanza altarera
guatemalteca con detalles de paredes de adobe, palma y una árbol de nazarenos en
tonalidades moradas y las con mas de cuarenta mil flores hecho por artesanos
chapines haciendo alusión al color del adviento que nos llama al tiempo de la
preparación y espera por medio de la penitencia.
Detalles de flora y fauna forman parte como una monja blanca que se encuentra a
los pies del pesebre del niño Jesus representando cada una de las peticiones del
pueblo guatemalteco . Tres ovejas de talla única rematan la escena recordándonos
la adoración de los pastores en el humilde portal de belén donde lo reconocen como
el verdadero rey de reyes y Señor de Señores.


Meditación
Ante un acontecimiento tan importante en nuestra historia, los ángeles que viven en la
gloria de Dios, y que en la presencia del Padre todo lo tienen, abandonaron su comodidad
y su gloria para bajar a la tierra en búsqueda de conocer al hijo de Dios que se encarnó entre
la humanidad, no les importó las condiciones de pobreza del lugar, y llegaron a adorar y a
postrarse ante el Niño Rey.

Qué estamos dispuestos nosotros a sacrificar ante tan importante acontecimiento,
¿estamos dispuestos a perder un poco de nuestra comodidad para cercarnos a Dios?
Quizá
realizar actos de misericordia que nos acerquen a Dios entregándonos y ayudando al
prójimo, quizás dejando a un lado el orgullo y el rencor y perdonar a aquel amigo o pariente
que nos ofendió o nos afectó, quizás necesitamos recordar que en este acontecimiento y
en este nuevo mundo inaugurado por Él podemos comenzar también nosotros una historia
nueva de amor al prójimo.