Anécdota de Enrique Montúfar
Mi familia somos muy devotos de las imágenes del templo la Recolección. Todos iniciamos cargando en la procesión infantil.
Mi mamá, a finales del año 2013, estuvo mal de su pie, de hecho, estuvo en cama durante un buen tiempo. Pasamos la Navidad y el Año Nuevo con ella enferma y lo único que pedía ella, era estar bien para cargar a la Virgen de Dolores de la Recolección en el 2013 y de la Soledad en la Semana Santa.
El tiempo pasó, llegó el Miércoles de Ceniza y mi mamá estaba muy triste porque no podría cargar. Pasaron y pasaron los días hasta la entrega de los turnos.
Ese día mi mamá se fue con nosotros a traerlos y ella lo primero que hizo fue entrar al templo y ponerse de rodillas ante el Señor Eucaristía y después, fue a la capilla donde se encuentra la Santísima Virgen de Dolores de la Recolección en el 2013, se arrodilló y le pidió con lágrimas en los ojos que le permitiera cargar ese año. Encendió su veladora y nos fuimos.
El ‘Sábado del consuelo’ tan esperado junto a la Virgen de Dolores de la Recolección en el 2013
Llegó el “Sábado del Consuelo”, mi mamá estaba en casa viendo la transmisión de la Salida del cortejo, ya que sus turnos eran por la tarde/noche.
Gracias a Dios y la Virgen, mi mamá ya estaba con su uniforme para cargar en su turno y ese día no tuvo ningún dolor en su pie. Hasta la semana después de la Semana Santa, comenzó nuevamente con dolores.
Actualmente y gracias a Dios, ya no sufre de su pie y ahora estará nuevamente en la filas acompañando a la Virgen María.
¿Y tú hermano Cucurucho, tienes una historia o vivencia que contar? ¡Compártela en nuestra sección Anécdotas!