Por José Cuellar.
Soy José Armando Cuéllar Balcázar y soy de San Felipe Reu, les quiero contar este pequeño anécdota que para mí es muy significativo. El domingo de ramos del presente año cumplí 15 años en hir a visitar a Jesús de la Merced antigua Guatemala.
Antes de ir a verlo solamente me conformaba en verlo en la televisión pero llegó un día en donde un amigo llamado Daniel de Retalhuleu, me contó que Iván a ir a visitarlo un domingo de ramos me dijo que si deseaba ir con ellos que me venían a traer hasta San Felipe yo muy emocionado le conté a mi madre que si ella quería acompañarme y me dijo que si, que estaba bueno.
Pero había un problema, mi madre estaba mala del corazón y no se podía fatigar mucho pero yo confiado en Jesús de la Merced se la puse en sus manos. Había algo que no me había dado cuenta: solo me hisieron la invitación, sólo subirían desde ‘Reu’ a San Felipe a traernos, la caminata fue dura pero sabía que él quería que lo fuera a visitar.
Cuando estábamos en Antigua Guatemala fue tan grande mi emoción que no podía creer que estaba por allá a punto de verlo, no podría decir que fue coincidencia pues hasta pude entrar con mi madre a la iglesia y llegar a estar casi cerca del anda, lo único que nos dividía eran las bancas. Cuando lo vimos levantar en hombros ‘solitas’ mis lágrimas se derramaron, le agradecí tanto, le pedí de todo corazón que curara a mi Madre pues ella se tenía que hacerse un examen del corazón y que dependía de ese examen si la operaban o no, lloraba y le pedía de todo corazón que la curara no le pedía nada para mí más que para ella pues mi promesa eran tan pequeña si me cumplía lo que le pedía pero se la hacia de todo corazón.
En el transcurso de todo el recorrido yo le pedía a Jesús de la Merced que la curara y conforme el tiempo fue pasando mi Madre se me desaparecía; puesto que ella acompañaba a la Virgencita linda y cuando yo llegaba con la virgencita mi Madre ya estaba con Jesús; me quedé tan admirado que en ese momento no pensé que su respuesta fuera tan rápido.
Me despedí de Jesús de la Merced a eso de las 7:00 PM y todo ese tiempo mi Madre estuvo caminando sin ningún problema, cuando regresamos pasaron los días y por supuesto, fue a hacerse el examen y todo salió bien; el doctor dijo que no era necesaria la operación y que se admiraba lo sucedido, yo le agradecí tanto a Jesús.
De ahí, nunca he dejado de asistir a su procesión… y ahora, más allá de acompañarlo he tenido la dicha de cargarlo, tal y como hace 15 años le prometí: todos los domingos de ramos estaría junto a Él haciendo mi penitencia.
¿Qué anécdota tienes para contarnos? ¡Compártela para que la publiquemos en nuestro sitio web!