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Un Turno especial con Jesús del Rescate

Procesión de Jesús del Rescate 2015, Miercoles Santo, Santa Teresa (30)
Procesión de Jesús del Rescate 2015, Miercoles Santo, Santa Teresa

(Texto original de Owen Quiñonez)

Fue en el año 2014 cuando un día regresando de clases, salude a mi madre y luego comiendo ella me dijo «hijo por cierto escuché en Radio Estrella que estaban vendiendo turnos para la procesión de Jesús del Rescate por su restauración«.  Yo enseguida le dije «a ver que día vamos a la iglesia de Santa Teresa a comprar uno» y así quedó.

A los días siguientes nos propusimos a ir a la iglesia de Santa Teresa, me dirigí a la oficina parroquial y pregunté «disculpe, ¿aún hay turnos ordinarios para la procesión de Jesús del Rescate?» la secretaria se dirigió a consultar y luego a los minutos regresó y me dijo que ya no había disponibilidad de adquirir algún turno, estaban agotados; por lo que le agradecí y salí de la oficina triste por la noticia, porque en verdad quería llevar en hombros a Jesús del Rescate.

Recuerdo que al salir me dirigí a la iglesia y pensé: «otro año será en que pueda llevarte en hombros«; al instante la misma señora que me atendió en la oficina salió corriendo y me dijo «aún queda un turno, pero es el Extraordinario La Merced«; pero había un problema: yo solo traía dinero para un turno ordinario (Q.40.00), creo que seguro vió el reflejo de mi tristeza en mi expresión y sólo me indicó que esperara, que iba a ir a consultar al Padre la posibilidad de dármelo a ese precio.

Quedé ansioso y al cabo de unos minutos regresó a darme la respuesta que no imaginé, ¡me lo iban a dar a ese precio!, recuerdo que mi corazón se llenó de alegría, entré a darle las gracias al Padre y regresé contento a mi casa.

Cuando llego el día tan esperado en que me tocaba cargar estaba muy alegre y claro, cargué mi turno; al momento de llevarlo sobre mi hombro ví a mi Jesús del Rescate y le dije «gracias mi buen Jesús por permitirme llevarte en hombros, estaré eternamente agradecido«. Ésta fue la primera Procesión que cargué en el Centro Histórico, jamás lo he de olvidar, siempre llevaré el recuerdo de cuando Jesús vió mi devoción y me concedió un turno para llevar en hombros a ésta hermosa imagen.

 

Los recuerdos son estímulos en el corazón, y más cuando son memorias que se han de convertir en anécdotas. ¡Cuéntanos la tuya!

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