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Un aplauso para ti

Colaboradores de una Procesión en GuatemalaÍbamos tan deslumbrados por las luces muy coloridas, tan deleitados con la bella música, anonadados por la Belleza de las imágenes de nuestra Madre bellamente ataviada y representada, íbamos preocupados por el frío e ir bien abrigados, de no tener hambre e ir preparados, de detenernos un momento y descansar después de tanto caminar el tradicional rezado.

Pero mis ojos no se percataron de tu cansancio, mi emoción no me permitió poner atención a tu trabajo; arduo, sacrificado y muchas veces mal pagado. Sí, a ti hermano y hermana sayón, lirero, sostén del lazo apoyo del palio, jalador de timbales, inmune de la pólvora y el estrés.

Un aplauso para ti porque aunque te ignoré la mayor parte del cortejo, pude observar tu fatiga, tu alegría y esmero.

Porque tuviste el privilegio de resguardar la seguridad de nuestra Madre ante el alambrado durante todo el cortejo, porque corrían de un lado a otro evitando algún percance, porque tus manos y tus fuerzas se extendían más alto muy cerca de su rostro.

Porque de seguro tus pies cansados tus manos y cintura llagadas terminaron al final del cortejo después de ir entre ‘jaloneo y jaloneo’ resguardando con el lazo.

Porque los últimos serán los primeros tu puesto de llevar la planta detrás de todo el rezado no será el menor a los ojos de nuestra Madre sino el mayor de sus amores, porque le facilitas el camino al músico llevando su pesada carga.

Y aunque bien tu paga material no sea la más remunerada Jesús y su Madre te esperarán con un mayor regalo, por eso estas líneas de agradecimiento y de aplauso son para ti hermano y hermana.