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El Turno 33 en la procesión de Jesús de la Caída y mi Abuela

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El turno 33 en la procesión de Jesus de la Caída: un turno con mi abuela.

Era el quinto domingo de cuaresma del año 2,013, íbamos en familia, nos ubicamos por obras sociales, para ver el paso solemne del Soberano Señor de la Caída, San Juan, Santa María Magdalena y Su Santísima Madre, La Virgen Dolorosa de San Bartolo, aun recuerdo bien ese momento.

procesión de Jesús de la caida
procesión de Jesús de la caída

En la procesión de Jesús de la Caída cargué junto con mi abuela

El señor se asomaba y estando ya sobre esa calle, las notas de la Marcha Fúnebre «Tu Eres Pedro» se dejaron escuchar, mi piel se erizó y abracé fuerte a mi abuela, seguido al cruzar se dejó escuchar «Señor de Esquipulas», sin saber que iba a ser el ultimo año que estaría con mi abuela.

El año siguiente ya no estaba ella, murió. Ese quinto domingo de cuaresma fue triste, solo yo fui a verlo. Como ella me lo había inculcado desde pequeño.

Mi mayor sueño era cargarlo, él me dio la dicha en el 2,015; lo llevé en hombros por primera vez, pero ya no estaba ella.

Esperando ya el quinto domingo de cuaresma del año 2,016, pero anterior a ese domingo el cuarto domingo fui a recoger mi turno de procesión y mi sorpresa que me dio el Señor de la Caída: era el turno de procesión de obras sociales, con lágrimas en los ojos le fui a dar gracias al Señor en su camerin.

Jesus de la caida
Jesus de la caida

Esa semana fue de la mas largas, quería estar ya con el Señor, así pues llegado el día madrugué y fui a ver la salida, esperé a que saliera la Virgen, como es costumbre, pues siempre me voy a la par de ella.

Al llegar a «la bendición» de Santa Lucía, me enfilé con el Señor. Mi cuerpo temblaba cada cuadra que caminábamos, nos acercábamos más al turno de procesión, yo solo daba gracias y mi único recuerdo era ese último año con mi abuela.

Recibí el turno, sentí la almohadilla, besaba el mueble el estaba arriba mía, y se dejó sonar «Tu Eres Pedro» como en aquél año; no pude aguantar mas y mis ojos se llenaron de lagrimas.

Lloraba; pero en ese momento no veía nada más que a mi abuela, si como en ese ultimo año, sonreía de felicidad. Al finalizar el turno de procesión caminé a la par de Él, si tocando el mueble, y la marcha «Señor de Esquipulas» se deja escuchar. Fue el mejor turno de procesión que el Señor de mi Devoción, el Señor de la Caída: CON MI ABUELA…

Anécdota de: Eduardo Arriola.

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