Entre la adoración eucarística de la solemnidad del Cuerpo de Cristo que se realiza a los 60 días de la Resurrección de Cristo aparece una bonita tradición que relaciona el verdadero amor: la tradición de el mico y la paloma en Corpus Christi.
El mico y la paloma en Corpus Christi
La celebración del Corpus Christi es eminentemente religiosa pero trasciende a espacios culturales. Durante el periodo de la cultura hispánica, este día se celebró como el día del amor.
La etnografía de la tradición es la siguiente: Concluida la visita al Santísimo en el atrio del templo, los jóvenes consolidaban sus relaciones afectivas remitiéndose una fruta de la temporada, regularmente membrillos -los hombres- y peras – las mujeres-, con un mensaje de amor y amistad.
De ser correspondido el mensaje se entablaba una relación de noviazgo que concluía en matrimonio y la consecuente conformación de un núcleo familiar.
Se relaciona la fiesta con el amor debido a que antes de la llegada de los españoles y con ellos los primeros evangelizadores, los integrantes de las sociedades originarias celebraban el cambio de temporada seca a lluviosa, marcado por el equinoccio de verano, tiempo de apareamiento en la naturaleza, con grandes festivales estacionales.
Estos festivales son aprovechados como especificidad cultural por los primitivos evangelizadores y las integran a la fiesta del amor de los amores que es Jesucristo.
Se usan frutas -peras y membrillos– por ser de temporada, es decir la cosecha que se ha levantado de los huertos y hortalizas y que se presentan como ofrendas al creador -costumbre propia de la cultura y cosmovisión mayance.
Los mensajes se mandan con micos por ser los animales mensajeros por excelencia, según aspectos cosmogónicos mayances y se contesta el mensaje con palomas por ser estas el animal mensajero según la cultura europea.
El mico y la paloma en Corpus Christi con sus mensajes de amor están «ensartados» en el tallo del palo del amor -árbol de plátano- y se encuentran fácilmente en el atrio de los templos.
Estando todos los elementos, la tradición se mantiene vigente y plena, mermada por el esnobismo, el consumismo y la globalización imperante, así como la falta de educación y conocimiento de las claves de nuestra identidad con la tradición de el mico y la paloma en Corpus Christi.
Juan Alberto Sandoval Aldana