¡Descube el trabajo que estos hermanos realizan para Semana Santa! Vámonos hacia Juayúa, en el occidente salvadoreño. Muchos se preguntan: ¿Quiénes son esos que andan vestidos de blanco? ¡Pues te lo vamos a contar! Los que vemos vestidos de blanco en la procesión del Santo Entierro, ni son mas que nadie, ni son mejores que nadie; mas bien deben ser un ejemplo para cada uno de los que integran la hermandad. ¿Cuál hermandad es? La Hermandad de Jesús Nazareno, Santo Entierro y Resurrección de Cristo de Juayúa, en El Salvador. Los descendedores son elegidos por la asamblea general de socios y deben cumplir algunos requisitos ya establecidos por la asociación. Entre los requisitos están ser socios activos con una antigüedad igual o superior a los diez años, no tener expediente disciplinario abierto, nunca haber recibido alguna sanción, ser casado por la iglesia, poseer buena moral y sobretodo amar a la hermandad. ¿Qué tarea es la que desarrollan en Semana Santa? Se encargan, el jueves santo en horas de la mañana, junto a otros miembros, de armar el sitial donde será crucificada la imagen de Jesús y en horas de la tarde (hora de la divina misericordia 15:00 horas) realizan el solemne traslado de la imagen de Jesús Yacente desde su urna hacia su catafalco al centro del templo, donde se prepara para los actos del viernes santo.
El viernes santo desarrollan una actividad muy especial; que es la preparación de una bolsitas que contienen algodón, el cual pasa en contacto durante aproximadamente dieciocho horas con la imagen de Jesús y que son entregadas al finalizar la procesión del Santo Entierro el sábado santo por la mañana. Al medio día, realizan la crucifixión luego del ingreso del santo Vía Crucis y el descendimiento para la procesión del Santo Entierro. Conversamos con el coordinador de los descendedores Raúl Martínez; y nos contó que significa ser descendedor y esta fue su hermosa respuesta: «Significa ser un siervo privilegiado que posee uno de los honores mas hermosos que pueden existir dentro de los quehaceres de la hermandad, ya que debido a la importancia de nuestra imagen no cualquiera puede tener acceso a ella. Significa poder ser partícipe de aquel momento clave cuando El salvaba al mundo en esa cruz, poder ver y palpar sus llagas, las cuales son signo del gran amor que nos tiene; significa por un momento del viernes santo, al verlo entrar a la iglesia; sentir aquella soledad y tristeza que El sentía. Es estar cerca de Jesús y de nuestra madre dolorosa en aquel momento que nos marcó a todos. Es poder vivir de una mejor manera su resurrección y saborear con buen gusto la victoria de nuestro Dios»