Jesús está en la hostia consagrada, vivo y presente de forma única y visible; los milagros de la eucaristía son manifestaciones ‘sobrenaturales’ que suceden, la mayoría de veces durante el rito de consagración, por eso se le denominan «milagros eucarísticos».
Éstos milagros, que a continuación vas a ver, son los más mencionados dentro de cientos que han ocurrido; tal vez ya hayas visto alguno o todos de estos relatos de los milagros de la eucaristía, pero con estas imágenes definitivamente vas a caer rendido de amor a los pies de Jesús Sacramentado:
El Milagro en Argentina:
En 1996 ocurrió un milagro de la eucaristía, una hostia se transformó en carne y sangre. Lo curioso de esta manifestación es que fue durante el tiempo en que el ahora Papa Francisco I, era Arzobispo de Buenos Aires. Monseñor Bergolio envió a realizar una investigación exhaustiva para determinar su validez. Lo que encontró fue que el especialista encargado de la investigación afirmó que «el material analizado es un fragmento del músculo del corazón que se encuentra en la pared del ventrículo izquierdo, cerca de las válvulas. Este músculo es responsable de la contracción del corazón. Hay que tener en cuenta que el ventrículo cardíaco izquierdo bombea sangre a todas las partes del cuerpo. El músculo cardíaco está en una condición inflamatoria y contiene un gran número de células blancas de la sangre. Esto indica que el corazón estaba vivo en el momento en que se tomó la muestra. Mi argumento es que el corazón estaba vivo, ya que las células blancas de la sangre mueren fuera de un organismo vivo. Él requiere de un organismo vivo para mantenerlo. Por lo tanto, su presencia indica que el corazón estaba vivo cuando se tomó la muestra. Lo que es más, estas células blancas de la sangre habían penetrado el tejido, lo que indica, además, que el corazón había estado bajo estrés severo, como si el propietario hubiera sido severamente golpeado en el pecho“
¡La hostia empieza a sangrar!
Hay datos también en Italia, que durante la fiesta de pentecostés en el año 2000, el Obispo Claudio Gatti en el momento de la consagración del pan y el vino la hostia empieza a brotar sangre. Así lo relata: «El tiempo se detuvo para mí. Doblaba la hostia que sostenía firmemente en mis manos y contemplaba la divina sangre que se esparcía en gran parte de su superficie. No me he movido por un tiempo que pareció interminable a las personas presentes, porque pensaron que me sentía enfermo, dado que alternó en mi cara una palidez chocante y un fuerte rubor.»
Un ciclo de 14 efusiones de sangre consecutivas
En el movimiento «Impegno e testimonianza Madre dell’ecuaristia» se realizaron 14 efusiones de sangre, de diferentes hostias. Estas empezaron justamente el 14 de septiembre de 1995 y finalizaron el 15 de enero del 2004, dentro de este tiempo, además de las efusiones de sangre, se manifestaron cientos de milagros eucarísticos. Las hostias se encuentran en la sede del movimiento católico para su adoración.
El milagro de Lanciano
Es el milagro más antiguo de la eucaristía, sucedió en el año 700 después de Cristo, se cuenta que un monje sacerdote empezaba a dudar si realmente Jesús se encontraba en la hostia consagrada. En el rito de consagración, vio como la hostia se convirtió en un círculo de carne y el vino en sangre. El monje comenzó a llorar incontrolablemente de gozo y agradecimiento por la manifestación que había presenciado.
Tanto la hostia como la sangre se encuentran en relicarios en Lanciano, Italia.
Cucurucho es una forma de vida, por tanto, adorar a Cristo Vivo es parte de nosotros; no existiría Semana Santa sin la Resurrección y no existiría el Cucurucho sin Jesús Sacramentado en la comunión. Y resalto, «comunión», o sea unirnos en vez de crear división, estrechar las manos como hermanos de un solo cuerpo que es la Iglesia y de una sola cabeza que es Cristo.