Algo tiene la Virgen de Soledad de la Escuela de Cristo, entre sus lágrimas y un enternecedor ‘puchero’ me ha envuelto en un hermoso abrigo que no sé si es consuelo o es compasión.
Anécdota de «Devota de la Soledad de la Escuela de Cristo»
Ver su mirada de dolor, hace que mi angustia deje de existir, llevarme a aquél primer Viernes Santo e imaginármela, ahí, sola, pensando que hay algo más allá de la muerte me da esperanzas de saber que ella en verdad nos está cuidando.
Hay algo en ella, que al verla de frente es como ver a mi mamá molesta por algo que he hecho; su mirada tan profunda que me saca a luz todo lo malo que he hecho, y sin soltar palabra ya estoy confesando y pidiendo que me disculpe por lo que he hecho.
Lo que le ví a la Soledad de la Escuela de Cristo:
Pero luego, la veo de perfil, y veo su hermoso y bello ‘pucherito’ que en verdad me tiene cautivo, ella sigue llorando y yo nada más la veo; cómo quisiera secarle sus lágrimas ¡cómo quisiera tocarle y consolarle como ella lo hace conmigo todos los días!
¡ah! pero la veo en su trono cada sábado santo, y es toda una reina, digna de respeto y admiración; ahí junto al pueblo que fielmente sigue a su Hijo ¡cómo se ha de sentir de dichosa el saber que su retoño a quien amamantó es la persona más seguida por cientos y miles de personas!
Aunque, si la veo de lado, puedo notar cierto gesto de bondad; es como si las lágrimas estuvieran de más, su expresión cambia totalmente.
Cuando termino de contemplarla, solo bajo mi mirada y digo «me he enamorado».
¿Y a ti qué te ha sucedido con la Virgen de Soledad de la Escuela de Cristo?
¡Envíanos tu anécdota y la publicaremos en un especial que tendremos preparado para ella!