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Razones para decir que ser Cucurucho te cambia la vida

Anécdota de Emmanuel Rueda.

A veces las historias pueden ser un poco engorrosas. ¿Por qué escribo? bueno tengo un nudo en la garganta. La mejor decisión que he tomado en estos últimos cinco  años ha sido ser Cucurucho en éste 2016.Cucuruchos

Siempre fui un espectador, y claro ya había llevado en hombros a Jesús. Tres veces, la primera vez un turno del Colegio San Sebastián, a Jesús de las Tres Potencias y luego dos turnos  extraordinarios de  Jesús del Consuelo y el Sepultado, un amigo que es miembro de la hermandad por sus 25 años, me dio uno.

Mi despertar espiritual sucedió éste año. Tenía la «sed» de cargar, varias situaciones provocaban que el hecho de ser Cucurucho fuese muy poco probable. Pensé que no encontraría turnos, pero sí.  El Cuarto Domingo de Cuaresma adquirí mis turnos de Jesús de las Tres Potencias y Jesús de Las Palmas. Bueno, ya tenía mis contraseñas, pero carecía de todo el atuendo de Cucurucho. Recuerdo caminar por toda la 12 avenida de la zona 1, llegué al Colón y pregunté por el precio de las túnicas, algo muy elevado para mi economía. Vi con resignación y pensé, bueno ya tengo los turnos, el otro año podré cargar, ahora no.

Pasaron los días y seguía sin los recursos económicos. Incluso decidí no recoger los turnos, pero finalmente fui. Era Viernes de Dolores aún sin nada. Quería llorar, fui a preguntar y los precios eran todavía más elevados.

Cucurucho de la Recolección

Luego publiqué en redes sociales si alguien sabía de alguna Túnica dónde pudiesen alquilar, casi nadie respondió. Luego pensé en regalar mis turnos para que alguien pudiera aprovechar la oportunidad. Pero, por circunstancias de la vida, llegó un dinero, la mitad del precio que había cotizado, decidí invertir y tener la túnica. ¡Estaba muy feliz!

Ya en Sábado anterior a Ramos, veo la procesión de Jesús del Consuelo y escucho su marcha, “Jesús del Consuelo”, como no llorar, pero un llanto que sale del corazón dónde brota el amor hacia Jesús, el cual se vuelva para mí un gran compromiso de vida.

Dormí con mucha ilusión, quería madrugar para ver la salida de Jesús de las Palmas, ¡qué felicidad!, no aguanté todo el recorrido, mis zapatos eran un castigo y tenía pendiente el turno de Lunes Santo.

Cucuruchos en Lunes Santo

Lunes Santo: preparado, ilusionado y con mucha ansiedad, tuve el privilegio de llevar a Jesús en hombros, lo acompañé lo más que pude.  Yo que soy un novato, pero no sabía que uno puede ayudar,  llevé con gusto la lanza, para mí es un premio.

Hoy comienzo a escuchar marchas, siempre me gustaron. Mí corazón pide a Dios. En verdad que ser Cucurucho comienza a cambiar la vida, no dejo mí túnica, la cual siempre llevaré con amor. A partir de ahora, sí Dios me permite, lo honraré con mi vida y si todavía me da más lo llevaré en mis hombros.

¿Quieres compartirnos algo especial? no sabes lo mucho que ayuda tu testimonio para que los demás reconozcan que ser Cucurucho y Devota es una forma de vida.

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