DÍA PRIMERO
Bendita Magdalena necesito dar gracias al Señor. Tú que entre persecusiones, verdugos, armas estuviste al pie de la Cruz a pesar de todo, mientras la sangre de Jesús que emanaba desde la Cruz te salpicaba, allí estabas sin morir muriendo y si había
sepulcro a Él acudías.
Por este amor tan fino, te suplico no te apartes de mi corazón ya en medio de mis miserias; ya entre las fatigas de este mundo; ya entre los dolores de las enfermedades; ya entre las agonías de la muerte; antes te encuentres presente a mi favor, que merezca no caer en pecado mortal y vivir siempre creciendo en las virtudes y muera confesando al Señor que me
dió tu Patrocinio. Amén.
Padre Nuestro y Ave María