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Mi primer Jueves Santo con la Dolorosa de Candelaria

Poporopoas_pinulito_septiembre

Anécdota de: Cecilia Belloso.

Fue el recién pasado Jueves Santo 13 de abril de 2017. Pero realmente quiero empezar mi anécdota el Jueves Santo del año 1997, hace 20 años, ese año para mí señora madre es un año inolvidable, mi mamá se casó con mi papá teniendo la edad de 38 años, obviamente por su edad y diferentes situaciones pues le estaba costando consevir un bebé, mi mamá optó por diferentes tratamientos, ella realmente tenía toda la fé que Dios iba a escuchar sus oraciones y le daría la bendición de ser madre.

Bueno esa semana Santa mi mamá compró un turno en Candelaria, según me cuenta ella le tocó cargar en frente del parque Colón, tomó turno y ella solo le pedía a la virgen que le diera la oportunidad de ser madre y poder amar de la misma manera que ella lo había hecho con nuestro Señor Jesús.

Ella recuerda que lloró todo el turno, llegó el final de la cuadra y dejó su petición en aquella almohadilla. A los meses de esa plegaria de fe, recibió la noticia que más había esperado ¡estaba embarazada!, para abril del año siguiente nací Yo; 19 años después me encuentro en el recién pasado Jueves Santo con el turno 114.

Recuerdo que me levanté muy temprano, me arreglé y fui al encuentro de la Virgen. Mi sueño desde pequeña y gracias a mi mamá era acompañar a tan bellas imágenes​ en su recorrido y así lo hice, no puedo explicar el sentimiento de esos momentos en filas, no puedo explicar que se siente ver pasar a Jesús de Candelaria por Catedral o ver a la Virgen pasar por correos y escuchar una lágrima, son sensaciones que no tienen comparación.

Pasaron las horas y mi turno iba llegando, mi primera vez cargando. Me paré en esa esquina de la 5ta Calle sobre la 14 Avenida. Yo veía venir el anda, mis nervios estaban al máximo, me asignaron el brazo 49, ¡Al fin! El anda estaba en frente de mí. Salieron las cargadoras del turno anterior y solo recuerdo que dije gracias, ¡gracias! por tenerme aquí a tus pies.

Tocaron el timbre, los timbales marcaban el paso del cruce, y así empezaba la marcha «Señor de las angustias» y con ello mi sueño de pequeña se estaba haciendo realidad, mi cansancio se fue, mis lágrimas salían y solo pude decir gracias Madre mía, aquí está tú milagro.

Nunca olvidaré esa fecha, nunca olvidaré esa cuadra, nunca olvidaré mi primer encuentro con la Dolorosa de Candelaria.

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