(texto original de José Palala)
Se llegó ese Domingo de Ramos que con tanto amor espero cada año; y este año no fue la excepción 29-03-15 (un día antes de mi cumpleaños 18) como de costumbre, desde hace 9 años mi hermano y yo participamos en la procesión, sirviendo de «Navetero en incensario» de la C.I de Jesús Nazareno de los Milagros«; Yo Tenia el turno 108 el cual cargaría de noche.
Cada año mis hermanos, mama, mi abuelo y yo acompañamos el cortejo desde su salida hasta su entrada, a las 7:00 de la mañana del Domingo de Ramos empezaba una larga jornada con el NAZARENO JOSEFINO. Todo transcurría con normalidad y parecía no presentar ningún inconveniente, pasaban las horas de ese domingo y cada vez que tenia oportunidad de hablar con mi mama le decía ¡Mamá, cómo quisiera que la procesión se atrase, así como en años anteriores! mi mamá entre risas me preguntaba ¿Para que quieres que se atrase? Yo riéndome respondía ¡Esque quiero amanecer en San Jose el día de mi cumpleaños!
A eso de las 5 de la tarde, luego de que mi hermano cargara su turno nos salimos del cortejo para ir a almorzar con mi mama, mi otro hermano y mi primo al templo de la Recolección; siendo las 6 de la tarde empezó a llover, nos refugiamos en la Recolección, muchas otras personas también lo hicieron, la lluvia no paraba y con risas otra vez le decía a mi mama ¡Creo que si se me va hacer realidad! Ese «chubasco cuaresmal» terminó aproximadamente a las 8 de la noche; salimos del templo recoleto para ir a buscar el cortejo procesional e integrarme a los «incensarios», así fue por el Santuario de Guadalupe.
El turno que me tocaba ya estaba cerca, por lo que fui a encontrarme con mi familia e irnos a ubicar al punto donde me tocaba cargar, nos encontramos la cuadra donde me tocaba cargar (de la 7a avenida a la 8a avenida en la 2a calle) una cuadra abajo del parque San Sebastián; ni siquiera se habían asomado los pasos y los nervios y la emoción me empezaban a ganar, no pude más y le dije a mi mamá ¡me voy a ir a formar de una vez!, así lo hice, era de los primeros en haber llegado, sentía que el tiempo no pasaba, a dos cuadras divisaba ver una espesa nube de incienso y escuchar las notas de las marchas, ¡por fin una cuadra faltaba! cuando el anda de la procesión del señor hacía su paso por san sebastián y en sintonía con mis emociones la banda del Colegio San Sebastián hacían honores, cosa que lo hacía más emocionante, la ansiedad era mucha y como cosa rara una serie de escalofríos se hizo presente en mi.
Sin embargo, algo que nunca había sentido, algo dentro de mí no estaba bien, por pura curiosidad saqué mi celular y me di cuenta de la hora y vi que ya eran 11:50 de la noche, estábamos a 10 minutos de pasar al lunes 30 de marzo día en el cual me haría «mayor de edad», y a pocos pasos para que el anda llegara hasta a mí y poder cargar ese turno 108; en cada momento revisaba mi celular y así fueron pasando los minutos, los escalofríos aumentaban y nuevamente esa sensación rara se hacia presente; me di cuenta que ya eran las 11:54, dentro de mí le pedía a Dios ¡Por favor que el anda se tarde un poco más en llegar hasta aquí o que los minutos pasen rápido a modo de recibir el turno a las 00:00 horas en punto!
Todos los demás hermanos cucuruchos y yo doblamos rodillas al suelo, nos levantamos, rápidamente revisé el celular y ya eran las 11:56 de la noche… el anda llegó hasta a nosotros, busqué el brazo que me correspondía y así inició el turno 108, no podía con tanta alegría porque a 5 minutos de cumplir 18 años recibí en hombros a tan amada y venerada imagen. Mientras cargaba no pude hacer nada más que agradecerle por hermoso regalo que me estaba dando, las lágrimas se me querían salir pero por algún motivo no pude llorar.
Se llegó el momento de entregar el turno, salí de la fila de cucuruchos y revisé mi celular y vi que ya eran las 00:05 horas del lunes santo 30 de marzo ¡el día de mi cumpleaños se había llegado mientras llevaba en hombros a mi Jesús de los Milagros!, al mismo tiempo que vi la hora, un mensaje que mi mama me mando felicitándome y diciéndome que me amaba… mientras Jesús terminaba de pasar solo lo veía a Él, con muchos sentimientos encontrados, las lágrimas insistían más por salir, mi mamá me hizo el encuentro y con una sonrisa me dijo ¿YA?; no pude más, en el hombro de mi madre me puse a llorar, ella me abrazó y me preguntó ¿porque lloras?, con una voz quebrantada le respondí ¡De alegría mamá, que turno más hermoso!
Sin duda lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, y por supuesto el mejor regalo que nada ni nadie me podrá dar, ni compararse. Fue para mí el mejor Domingo de Ramos que he vivido, algo que jamás olvidaré y por lo cual siempre estaré infinitamente agradecido para con el NAZARENO JOSEFINO, CON EL NAZARENO DE LOS MILAGROS, CON EL REY DEL UNIVERSO, CON EL REY DEL DOMINGO DE RAMOS.
Cuando contamos anécdotas es como charlar con tus amigos cucuruchos, así nos sentimos aquí, en ésta enorme comunidad que nos encanta hablar de lo que más nos gusta: La cuaresma y Semana Santa, ¡y claro! las manifestaciones de Dios para con nosotros; escribe la tuya: