Por: Israel Santos
Siete años atrás el Viernes Santo 10 de abril de 2009 la procesión del Santo Entierro del Calvario se desarrolló con toda normalidad y solemnidad. Fue una tarde sumamente soleada y calurosa propia de la época.
Los 25 metros de mueble procesional fueron adornados conforme a la estética propia de esos años. El decorado representaba un gran mausoleo trabajado con detalles marmóreos, festones, lámparas y ángeles.
Al centro del mueble, se erguía una gigantesca cúpula que resguardaba en su interior a la Consagrada Imagen revestido de una túnica roja con bordados dorados. Quizás el único detalle es que la monumentalidad de la cúpula no era congruente al grosor de las cuatro columnas que la sostenían.
En general, fue un decorado muy adecuado para el día, en el que recuperó la blancura bastante frecuente en muchos adornos ochenteros no únicamente de El Calvario sino de otros templos.