Saltar al contenido

Los motivos profundos de las nuevas disposiciones sobre realizar procesiones

Durante las últimas semanas, la sociedad católica guatemalteca, especialmente la más tradicional de la Nueva Guatemala ha sido testigo de múltiples reacciones ante los nuevos estatutos del Arzobispado respecto a los cortejos de Pasión, principalmente negativas creyendo que se debe a temas económicos, pero como católicos estamos obligados moralmente a ver más allá, a buscar los motivos objetivos espirituales de estas reglas para no caer en el conflicto actual.

Hablamos de un conjunto de reglas y limitaciones para las procesiones de carácter penitencial que se lleven a cabo fuera de la Semana Santa buscando reducirlas a este tiempo dentro de lo posible sin eliminar ni manipular ningún rasgo que identifique plenamente la cultura de La Semana Santa Guatemalteca.

A primera vista, palabras como esta podría causar molestia, pero hay mucho atrás que no vemos, sin embargo son razones que podemos comprender si nuestra voluntad lo quiere.

Un cortejo penitencial con una imagen de Pasión posee rasgos independientes del resto de cortejos, rasgos como andas de portentosas dimensiones, un marcapaso profundo, nula pirotecnia, nulos aplausos, un orden estricto, un silencio penetrante, penitencia anónima, sentidas y potentes marchas fúnebres que al mezclar la marcialidad y el luto, nacen como un tipo de música sublime y sería única en el mundo con un poder psicológico profundo y aquí entramos a lo siguiente, usando esas mismas dos palabras: «Luto» y «psicológico«.

Para comprender el siguiente punto debemos remontarnos al Concilio de Trento, en el que se decidió crear imágenes en grandes cantidades para lograr una evangelización más efectiva.

Tomando en cuenta esto, hay que mencionar que el poder de estas imágenes radica en el impacto psicológico que provoca su dramatismo. Del mismo modo lo hacen todos los demás rasgos de un cortejo de pasión y penitencia, creando en el subconsciente un involuntario deseo de respeto y luto, lo que se transmite inmediatamente al espíritu.

Los rasgos de un cortejo penitencial existen por que con ellos, podemos comprender de forma más exacta y profunda, lo que fue La Pasión de Nuestro Señor.

¿Que pasa?

Que al repetirlo de forma constante al igual que todo, pierde impacto en nuestro subconsciente, pierde poder dentro de nosotros y a pesar de sentir un profundo gusto por estos rasgos, se convierten en algo plano.

Las pruebas más fuertes que su servidor puede usar en este momento, es que muchos en algún tiempo llegamos a pensar que un cortejo penitencial de Semana Santa es sólo un medio de alabanza, cosa que si es, pero olvidando por completo los motivos del mismo: El sufrimiento del Rey de Reyes por amor al mundo, lo que nos hace olvidar la penitencia, la solemnidad, el respeto, lo que me lleva a la otra prueba.

Las procesiones: ¿reuniones sociales?

Los cortejos son en la actualidad, reuniones sociales hasta cierto punto, exactamente por que su desgaste nos hizo inmunes mentalmente a su profundidad, lo que radica en recurrir a otros rasgos menos importantes de los mismos… El aislamiento de las procesiones penitenciales con toda su majestuosidad en La Semana Santa no las reduce, aumenta su poder y nuestras autoridades supieron comprender esto sin necesidad de dañar nuestra cultura.

Es así como estas nuevas reglas y recomendaciones, brindan poder a nuestra Semana Santa como no tuvo en décadas.

Como prueba de que no busca dañar nuestra piedad popular, no se nos niega realizar un cortejo de este tipo fuera de tiempo, sólo se deben seguir ciertas reglas para evitar igualarlos a los majestuosos cortejos de Semana Santa.