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La Virgen María me ayudó a recuperarme

Procesión de la Virgen de la Soledad, templo de la Recolección.
Procesión de la Virgen de la Soledad, Templo de la Recolección.

Anécdota enviada por: Thelma Cecilia Escobar.

Soy devota cargadora, desde hace 10 años de la venerada, Coronada y Consagrada Imagen de la Virgen de la Soledad del Templo de la Recolección, la cual sale los Viernes Santos a acompañar al Señor Sepultado. Desde hace aproximadamente 5 años que veía a las señoritas de la Hermandad de Dolores trabajar en el cortejo procesional y yo todos los años le decía a la Virgen que para el siguiente año iba a estar dentro de la hermandad para trabajar para ella, sin embargo nunca lo lograba cumplir.

Por cuestiones de salud, fui operada en el año 2014 (justo dos semanas antes de la semana santa) y el médico me prohibió ir a las procesiones. Yo no podía dejar de asistir a las procesiones; me resultaba muy difícil dejar de hacerlo –ya que ser Cucurucho/a es una forma de vida-, por lo menos ir a ver a la Virgencita por lo que tanta fue mi insistencia que el médico me dijo que podía ir solo a ver el paso de cortejo procesional.

Llego el momento esperado y al ver a mi amada madrecita le dije: “Tú me pusiste esta condición, como no te cumplí lo que año con año te digo de unirme a la hermandad para trabajar para ti ahora no me dejaste llevarte en hombros”. Me sentí triste de verla pasar y no poder cargarla, así que le dije: “Si me recupero prometo que para la próxima semana santa ya seré miembro de la Hermandad de Dolores y servirte todos los años que tú me lo permitas”.
Me recupere al ciento por ciento y ¡ahora soy feliz de ser parte de dicha Hermandad y trabajar para la Virgen María en cuerpo y alma!

Esta anécdota nos enseña que si le prometemos algo a la Virgen María debemos cumplirlo y ella nos ayudará.

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