Por: Santo Domingo ayer, hoy y siempre.
Fiel a la tradición, el tercer domingo de septiembre se lleva a cabo la velación del Señor sepultado de Santo Domingo.
Mucho se ha hablado respecto al origen de éste piadoso acto. Una leyenda dice que nació la noche del 14 de septiembre de 1821 cuando, reunidos alrededor de la imagen, los próceres de la independencia pasaron en vela toda la noche pidiendo la bendición del Señor para el acto que se llevaría a cabo el día siguiente sin embargo, no hay prueba documental que respalde ésta teoría y hay algunos puntos a tomar en cuenta para desvirtuarla, primero, la iglesia Católica se oponía a la independencia, segundo, el arzobispo era dominico por lo que es difícil creer que iba a prestar la iglesia para realizar un acto en pro de la independencia la cual no apoyaba, tercero, la mayoría de reuniones de éste movimiento se realizaban a escondidas, el ejemplo mas claro es el de los conjuros de Belén que llegaban y se iban del convento de dicha iglesia en el mayor sigilo.
El 24 de diciembre de 1932 Su Santidad el Papa Pio XI convoca al año santo extraordinario en 1933, el que iniciaría el domingo de pasión de 1933 para terminar el domingo de pasión de 1934.
Dicho año se llamó el Jubileo de la Redención para conmemorar el aniversario de la Resurrección de Jesús. Como parte de las celebraciones del año santo extraordinario, la junta directiva decide realizar una VELACIÓN EXTRAORDINARIA ante el Señor Sepultado el domingo 10 de septiembre (hasta entonces la única velación al Señor era la de martes santo).
La actividad tuvo tal éxito que se decide instituir la velación del tercer domingo del mes de septiembre a partir de 1936 y desde entonces se ha venido realizando con diversas variantes.
Al principio se colocaba al Señor en un altar rodeado de flores y velas, para los años 70 se inicia la modalidad de que sean los hermanos los que hagan turnos de guardia de media hora portando un cirio y revestidos con el uniforme de la hermandad, en 1974 se procesiona al Señor al final de la velación por las naves y el atrio de la basílica que entonces era de tierra.
En 1975 se decide llevar en procesión al Señor por el barrio de Gerona, vistiendo túnica blanca y sin urna inició su recorrido después de la misa de 7 de la noche, sin embargo cuando el cortejo se encontraba en la 12 calle y 16 avenida de la zona 1 se dejó venir un aguacero inclemente que obligó a suspender la procesión para que, una vez pasada la lluvia, se llevara el anda en una plataforma hacia el templo por lo que se decide no sacarla mas.
Así pasarían los años hasta que en 1980 se adopta la modalidad antigüeña de colocar telones de fondo pintados a mano y recreando una escena bíblica tal y como vemos en la primera fotografía de ésta serie.
Para 1987, con el cambio de junta directiva, vuelve el Señor a ser llevado por las calles de Gerona, en el anda incrustada y en la urna de bronce en horas de la tarde. En 1996 se realiza una procesión conmemorativa de los 175 años de velación que recorrió buena parte del centro histórico y que coincidía con los 175 años de independencia patria pues fue por esos años que tomó auge la leyenda que contamos al principio.
Para finales de los 90 y desde entonces la procesión se realiza en las primeras horas de la tarde recorriendo las naves y el atrio del templo, en 2009 y 2010 no salió al atrio pues se trató de resguardar la imagen de los efectos de la lluvia y la humedad tan propia de ésta época.