Ver el rostro de esta bella imagen es algo que no se puede describir; una mirada de dolor que impacta y a la vez una mirada con amor que llena de mucha paz.
No se sabe como llegó al pueblo de Juayúa; al occidente de la república salvadoreña, pero lo que si sabemos es que todo aquel o aquella que la mira, se enamora de ella.
Por cuestiones a las que se han enfrentado las diferentes hermandades, cofradías y asociaciones, muchas de las imágenes que se poseen carecen de una historia oficial y el caso de esta hermosa imagen es una de ellas.
Se han hecho valoraciones que por su talla y sus detalles pueda ser una obra del reconocido Julio Dubois; pero es una de las posibilidades que no se han logrado corroborar.
La imagen de La Santísima Virgen de Dolores es la que acompaña a Jesús Nazareno en cada un de los vía crucis y recorridos procesionales que hace la imagen.
Además; es utilizada por la hermandad para la procesión de la soledad o del pésame, aunque su advocación sea de Dolores.
Algo que merece ser destacado es que La Hermandad tomó a bien seleccionar miembros para que sean formados para realizar su cambio de vestimenta; y que ésta sea de la manera correcta, dándole dignidad a la imagen y haciendo que luzca muy hermosa para sus actividades.
Fue así como Juayúa recibió talleres sobre cómo ataviar correctamente las imágenes marianas de pasión; talleres brindados por el proyecto Cucurucho en Guatemala y facilitado por el experto Juan Carlos Campos.
A la hermosa imagen; se le atribuyen favores recibidos por miembros de la feligresía que acude a ella para que sea intercesora de sus súplicas.
Actualmente se realiza una investigación de ese tema y no solo para esta talla, si no también para las tallas que representan a Jesucristo.